22 Julio de 2016 12:33
En algunas áreas remotas del sur de Malawi se lleva a cabo el ritual. Las mujercitas en su menarca tienen relaciones con un "trabajador sexual" pago, conocido como "hiena". Los ancianos, líderes de estos antiguos pueblos, no consideran este acto una violación ni aberrante, sino una especie de limpieza necesaria.
En varios distritos, a este rito se someten solo mujeres viudas o aquellas que sufrieron un aborto. Sin embargo, Eric Aniva es la hiena del pueblo sureño de Nsanje, donde las adolescentes, después de haber tenido su primera menstruación, deben tener relaciones sexuales con él ¡durante tres días!
Aniva, "la hiena".
Así las chicas marcan su paso de niñas a mujeres. Es tan fuerte la creencia, que temen que si se niegan, alguna desgracia fatal caiga sobre sus familias, o sobre todo su pueblo.
La Hiena, haciendo honor al apodo, comentó en una entrevista con la BBC: "Dormí con niñas, en su mayoría, pero las prefiero mayores. Todas encuentran placer en que sea su hiena. Dicen a la gente soy un hombre de verdad, que sé cómo complacer una mujer."
Con esta raíz prepara un brebaje antes de la iniciación.
A pesar de estas declaraciones, muchachas de un pueblo cercano expresaron su aversión -lógica- ante tan aberrante costumbre. Una de ellas, María, confesó que accedió a esta práctica para sería atacada por enfermedades, y para que su familia no fuese destruida. Y sabe que todas sus amigas estuvieron obligadas a lo mismo.
Las jóvenes africanas, víctimas de un antiguo rito.
De unos 40 años, la "hiena" tiene dos esposas y cuenta con un dudoso "orgullo": tuvo relaciones con 104 mujeres y niñas en total. Le pagan entre 4 y 7 dólares por "iniciación". Son mujeres de más de 50 años las encargadas de organizar estos encuentros, luego de una instrucción acerca de los futuros de las niñas como esposas. Lo más aberrante: los padres de las nenas acceden, voluntariamente, a que sean sometidas a este procedimiento.
Según la ONU, uno de cada 10 habitantes de Malawi porta el virus del HIV. El detalle escalofriante: la hiena no debe usar preservativo. Aunque aseguran que fue elegido por su buena moral, y que por lo tanto no puede estar infectado. Pero dada la naturaleza de esta práctica, el riesgo de contagio del virus en la comunidad es evidente.
El peligro del virus del HIV.
Así y todo, la "Hiena", sería portador pero no lo confiesa a los padres de las niñas iniciadas. Una de sus esposas reconoció que odia la práctica y que desea que termine, pero por otro lado, es la única entrada de dinero en su hogar.
En África son muchas las voces que condenan la costumbre: organizaciones no gubernamentales, la iglesia y el gobierno. De hecho, las autoridades lanzaron recientemente una campaña contra lo que denominaron "las prácticas culturales dañinas".
Theresa Kachindamoto, de Dheza, lucha por la abolición.
En algunos distritos, entre ellos el oriental Mangochi, las ceremonias están siendo adaptadas y se empezó a sustituir el sexo por una unción. En Nsanje, sin embargo, no se hace mayor esfuerzo para traer el cambio en ese sentido.
Un grupo de hombres hiena.
Siendo Malawi uno de los países más pobres del mundo y con reportes de un hambre creciente en zonas rurales, no es una prioridad para los políticos.