01 Febrero de 2016 15:54
El tránsito de La Plata está enloquecido. Quienes viven en la ciudad lo saben, quienes la visitan lo notan. Pero en los últimos meses, el problema se agudizó. No solamente por el crecimiento del parque automotor, sino también porque hay cada vez más indicios de que un hacker decidió jugar con los semáforos de la capital bonaerense.
Investigan los rastros del hacker.
Aún en los cruces de pleno centro, crecen los reportes de encendidos y apagados en forma aleatoria. De hecho, el gobierno de Julio Garro denunció “un sabotaje en la central donde funciona la semaforización de la ciudad”, según publicó La Política Online.
El secretario General del municipio, Javier Mor Roig, insistió en que fueron “hackeados” y en que “el hecho ya se encuentra en manos de la Justicia”.
fin de año agitado
Este viernes, el diario platense El Día había recordado que “a fines del año pasado decenas de semáforos ubicados en puntos estratégicos de la ciudad quedaron fuera de servicio. Fueron varios días en que circular por las calles platenses representaba casi una aventura de riesgo”.
El tránsito platense, “una aventura de riesgo”.
El día D habría sido el 18 de diciembre, cuando el problema se hizo evidente en las esquina de 7 y 44, y 13 y 32, así como apagones de luminarias en calles y espacios verdes.
El presunto ataque complicó el movimiento en las calles platenses.
Los ordenadores “se pueden desactivar desde el mismo semáforo”, reconoció entonces el secretario de Planeamiento Urbano y Desarrollo Económico de la Comuna, Gabriel Rouillet.
La Plata tiene unos 400 semáforos que, al momento de los presuntos ataques, estaban siendo gestionados por cooperativas.
caos total
Ya el 18 de noviembre, El Día había reportado un “caos total” por los problemas en los semáforos. “Roces, discusiones verbales entre conductores y luchas por ganar un centímetro en el pavimento fue una imagen que se repitió a lo largo de la mañana y la tarde”, describió el matutino.
El mapa del caos, publicado por
El Día el 18 de noviembre.
“Nunca ha pasado, desde que recuerdo, que en esta esquina estuviéramos tantos días sin semáforos. Es muy peligroso”, reconoció Liliana Sotile, de City Bell.
“No hubo un accidente grave sólo porque la casualidad fue enorme y parece que Dios atiende en esta esquina”, dijo la vecina, a quien jamás se le ocurrió pensar en un hacker con ganas de divertirse.