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8 cosas que juraste no hacer cuando fueras madre

Cuando una mujer queda embarazada, lo primero que hace es jurarle al mundo que será la mejor. Pero más allá de las grandes intenciones, muchas veces (¿casi siempre?), ¡termina repitiendo lo que aseguró que jamás haría!

25 Agosto de 2016 10:44
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¿Cuántas veces fuiste a cenar, miraste de reojo la mesa de al lado y prometiste que tus hijos jamás comerían con las tablets en la mesa? O sufriste los agudos chillidos de una nena en la fila del supermercado, porque su mamá optó por no comprarle un juguetito, y te invadió el pensamiento "¡qué maleducada, si fuera hija mía jamás gritaría así!"...

Bienvenida a la realidad, que marca otra cosa. Las madres perfectas no existen, todas hacen más o menos lo que van pudiendo. Acá, una lista de cosas que todas juraron no hacer, pero que después...

#1 Gritar

La mayoría se propone no levantar jamás el tono de voz a los chicos. Cada grito de ira que sale de nuestra boca, es un puñal en el pecho que se traduce en una sensación de fallo y nos juramos no volver a hacerlo más. Los gritos de advertencia de madre están incluidos en este ítem: "¡No saltes así! ¡No corras allá! ¡No te agaches / levantes de golpe!" 

Mejor no gritarles, pero a veces...

Es mejor no gritarles, pero a veces...

#2 Dormir con los niños

En este rubro, todas -pero todas- las previsiones son inservibles. En algunos casos, cuando son muy bebés y estás exhausta, vale acostarlos en la cama: levantarte a cada rato para darle la teta no es el mejor plan de mundo para tu descanso. Luego, si saltan a la cama en una noche de pesadilla, no queda otra que abrazarlos. ¡Y ya se quedan ahí! Y el tercer punto en cuestión, y bien real... ¡te encanta dormir con ellos!

#3 Las nuevas tecnologías

Televisión, tablet y celulares son el mismo demonio y nunca se los íbamos a dejar usar demasiado a nuestros hijos. Y no lo hacemos... hasta que sí lo hacemos. Los chicos se mimetizan con sus aparatos tecnológicos y las madres, fastidiadas de cansancio, se resignan. Pensar que el plan era dosificar las horas de tele, compu, y PlayStation... en fin. Se hace lo que se puede.

¿Vas a ver dos o tres veces si respira?

¿Vas a ver dos o tres veces si respira?

#4 La ropa

Un clásico: las embarazadas que saben que van a tener una nena piden a todos que ni se le ocurra comprarle ropa rosa, con puntillita, o demasiado infantil. Y si es varón, que no se claven con el celeste ni con alegorías de guerra. Pero, atención, ¡que todas caen en la trampa de sobre adornar a las bebas y sobre masculinizar a los varoncitos!

Ay.

Ay...

#5 Tipo de alimentación

Nada importa que toda tu vida te hayas alimentado a base de pizzas, empanadas y caramelos masticables. Llega la panza y ¡sorpresa! Aparece la mamá bio-natural. Vas por la vida chequeando la procedencia de los alimentos, viendo qué vitaminas tiene cada fruta y cada verdura. Y luego, cuando los niños empiezan a ingerir sólidos, esperás que les encante el brócoli con queso blanco, o el puré de hinojo.

#6 Los horarios

Algunas mujeres son fans de los horarios desde siempre. Y pretenden mantenerlos estrictos y estipulados también en la maternidad: almorzar, cenar, ir a la cama, apagar la televisión. Hasta que se dan cuenta de que es importante jugar, quedarse un rato en la terraza mirando las estrellas, o comer todos juntos, incluso cuando alguien llega más tarde. ¡Viva la flexibilidad!

A veces, el tiempo es para compartirlo con ellos

A veces, el tiempo es para compartirlo sin pensar demasiado.

#7 Frases de madre

Apenas una mujer queda embarazada, le insertan un chip con una cantidad de frases que se disparan en algunas situaciones específicas: "¿qué te creés, que soy el Banco Nación?"; "claro, total después viene mamá y ordena"; "dejás toda la comida en el plato y hay chicos que no tienen ni para un pan", y otra cantidad de expresiones por el estilo. Olvidate. Las vas a decir; todas, algunas, reformuladas. Como sea, las vas a decir.

#8 Look de madre

Después de examinar a esas mamás con ojeras, uñas despintadas y la piel hecha un papel de lija por la falta de hidratación, jurás que nunca te va a suceder todo eso. Que te vas a cuidar, que vas a hacer gimnasia, que vas a vestirte divina. Pero cuando llega el momento estás agotada, no dormís, no tenés tiempo ni de sentarte a comer y vivís con la ropa manchada de dar la teta. Tus remeras tienen aureolas de vómito de bebé. Tenete piedad, ¡paciencia! Todo tiene un final, los chicos crecen. 

¡Son lindos y llevan tiempo!

¡Son lindos y llevan tiempo!

¡Vamos, que ser mamá es hermoso! Y en definitiva, no hay un manual. Cada una es la mejor madre que puede ser. 

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