16 Agosto de 2016 07:05
¿Qué es madurar? Respecto de los sentimientos, para poder madurar se requiere de muchos golpes, y caídas, pero si ellos nos llevan a la persona indicada, ¿qué nos importa?
Cuando llega el momento en que entendés que el amor no es sacrificio, ni sufrimiento, ni torturas, entonces puede que estés dispuesto a vivir una relación madura. Si tu relación cumple con la mayoría de estos puntos, vas por el buen camino:
Discusiones, no peleas:
Titanic, una pareja inolvodable.
En una relación madura, los egos no se ponen en juego, los dos entienden que las discusiones son algo de la pareja y plantean abiertamente las situaciones que no les gustan. Lo más importante, buscan juntos un forma de resolverlo y no discuten eternamente para tener razón.
¡Chau celos!
Romeo & Julieta, siempre juntos.
La inseguridad, tristeza, dudas, quedaron atrás, ya no te atormentan. La confianza y la comunicación constantes dejan atrás el viejo sentimiento de celos.
Bienvenida estabilidad:
Mujer Bonita, amor contra todas las reglas.
Cuando no hay graves problemas, no situaciones incómodas, se acabaron los celos, las mentiras y las actitudes infantiles, entonces mejora la química entre los integrantes de la pareja. Esto influye en el estado de ánimo y en el día a día de la pareja.
Tienen su propio código de comunicación:
Los puentes de Madisson, su propio código.
Si lograron complicidad y, casi sin pensarlo, crean un canal de comunicación eficiente, que sólo ustedes comprender, entonces están siendo parte de una pareja madura. Propiciar esos encuentros de charla es un buen comienzo.
Hacen planes:
Frankie & Johnny, eternos.
Sentir que están estables como pareja hace que proyecten a futuro. Los dos son parte de los planes y sueños que pueden llevar a cabo juntos y se esfuerzan por hacerlos realidad. Puede ser una escapada de fin de semana, una ida al cine o la compra de un nuevo departamento.
Son dos individualidades, juntas:
Sr & Sra Smith, de la pantalla a la vida real.
Si la relación que tienen es madura, las decisiones importantes las van a tomar en conjunto, van a charlar lo posibles cambios y consecuencias, pero la decisión final es responsabilidad de quien tiene en sus manos la decisión. Pensar como una pareja es comprender los deseos del otro y su personalidad, además de respetar sus puntos de vista, metas y sueños.
Crecen:
Antes del atardecer, crecieron y mucho.
Ustedes se nutren de las virtudes de ambos y fomentan, entre sí, el crecimiento y el desarrollo personal. Se hacen sentir mutuamente seguros, tranquilos y se impulsan a ser cada día mejores a novel personal y profesional. Este objetivo sólo lo logran las parejas maduras.
Se divierten:
Drácula, un amor eterno.
Ser maduros no significa no divertirse, lo que si pasa es que dejan de lado la situaciones que puedan ponerlos en riesgo de laguna manera. No son más adolescentes que ignoran los peligros de sus acciones. Pero la diversión sigue intacta. Si se ríen juntos a carcajadas, está todo dicho.
Entienden su amor:
Bajo la misma estrella, amor genuino.
Son mucho más que novios, muchos más que compañeros, mucho más que cómplices. Estar realmente involucrado con alguien desde el amor requiere del compromiso incondicional, de alentarlo y acompañarlo en los malos momentos. Saber que la relación es mucho más que los regalos y el respeto.
El amor maduro se construye día a día, por dos personas que se tienen una confianza inquebrantable, y que están dispuestas a superar obstáculos que aparecen en el camino.