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La historia secreta detrás de la foto de Jorge Luis Borges y el "Flaco" Menotti

La trastienda de una postal que dio de qué hablar durante décadas.

Para Jorge Luis Borges, el fútbol era opio del pueblo, ‘mercado romano’ de piernas y público delirante evadiendo sus realidades. Lo comparaba con el nacionalismo intransigente fanático y estúpido. Para César Luis Menotti, una forma de vida.

Su pasión y perfeccionamiento lo posicionó en un estilo que marcó una era y que perdura con el paso de las décadas pues el propio Pep Guardiola lo señala como fuente de consulta permanente y un maestro en su camino por el deporte. Revolucionó el fútbol de argentina y marcó un antes y un después en el fútbol mexicano.

En el 76, mientras la Selección Argentina de fútbol se encontraba de gira en Polonia se enteraron del golpe de estado en Argentina. El "Flaco" decidió presentar su renuncia una vez que pisara suelo argentino. Su salida fue frenada gracias a que Alfredo Cantilo (en ese momento presidente de la AFA) lo convenció para que se quedara. El resto es historia conocida. Al menos para la mayoría. Argentina logró el campeonato ante una Holanda sin Cruyff, amigo de Menotti.

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Capítulo aparte para esa ausencia. El mito que quisieron imponer fue que Johan Cruyff renunció a su Selección por no aceptar la dictadura militar del país anfitrión. La realidad es que una diferencia económica contractual con la marca alemana que vestía a la Naranja Mecánica dejó afuera a la figura holandesa.

Lo cierto es que Menotti se había transformado en uno de los hombres más conocidos del país. Si bien post título continuó como entrenador albiceleste, en sus tiempos sin fútbol se dedicaba a otras de sus grandes pasiones: escribir y entrevistar a celebridades de la cultura nacional. El elegido fue Borges y después de varias charlas, se logró el okey del escritor.

Para sorpresa de Menotti, no bien se conocieron, Borges le dijo: "Usted debe ser muy famoso. Esta casa se revolucionó cuando conté que venía". Ante la sorpresa, agregó: "Me pidieron que no se vaya sin firmar un autógrafo", haciéndole caso a una de las empleadas de su casa reprochándole a ella que 'jamás le había pedido uno a él'. Menotti, absolutamente divertido con la situación comenzó a reír sin parar adjudicando la notoriedad al fútbol.

Era en la época que el Flaco fumaba si parar. Respetuoso, le pidió permiso para prender un cigarro. "Sí, fume tranquilo. Si no es el cigarrillo lo que hace mal, son las conversaciones imbéciles”.
Una vez finalizado el encuentro, mientras el entrenador acariciaba al gato blanco del escritor que estuvo sentado a su lado, en el sillón, toda la entrevista, Borges reflexionó: “Qué raro, ¿no? Un hombre inteligente y se empeña en hablar de fútbol todo el tiempo”.

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