30 Noviembre de 2015 07:42
José Luis Sejas Rosales es un megaempresario boliviano que se encuentra procesado en once causas judiciales por narcotráfico. Los investigadores sospechan que manejaba la logística del traslado de la droga desde su país hacia la Argentina. Días atrás, ingresó a la ciudad-cárcel de Palmasola, donde fue recibido con todos los honores y hasta una fiesta.
Con 56 años, Sejas Rosales pasó de ser un simple camionero a un empresario de las rutas y ahora es investigado por narcotráfico. Dueño de cinco empresas y propietario de 250 camiones, realiza el traslado de hidrocarburos oficiales de Bolivia hacia la Argentina.
Sejas Rosales se encuentra detenido en la ciudad-cárcel de Palmasola, en Bolivia.
El hombre ingresó hace poco menos de dos meses al penal de Palmasola, la misma que meses atrás visitó el Papa Francisco durante su gira por varios países de América Latina. Se encuentra acusado de “legitimación de ganancias” y “tráfico de sustancias controladas”. En la cárcel lo recibieron con una enorme fiesta financiada por Oscar Nina, compañero de prisión de Sejas Rosales, y ex titular de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico.
El entramado es tan oscuro que incluso el Gobierno de Bolivia investiga los vínculos de Nina con Jesús Guzmán, uno de los hijos del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán. El fiscal Fredy Guzmán Zapata, que investiga a Sejas Rosales por lavado de dinero y narcotráfico, aseguró al diario La Nación que “se sospecha que manejaba la logística del contrabando de la droga de Bolivia a la Argentina”.
Incluso, el fiscal está convencido de que el empresario acusado de narco pagó millonarios sobornos a ministros y senadores, para que sus empresas ganaran licitaciones y así trasladar a la Argentina los hidrocarburos de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
“Había un evidente apoyo político para que este hombre ganara, a través de una red de empresas, las licitaciones de YPFB”, agregó. De todos modos, para el abogado de Sejas Rosales, Jerjes Justiniano, el presunto narco podría salir en libertad antes de fin de año.
Así era trasladado José Luis Sejas Rosales al penal de Palmasola, en Bolivia.
LA PISTA DE LOS CAMIONES
La ruta de la droga, según cree el fiscal, tendría como punto clave a la ciudad de Yacuiba. Para Guzmán Zapata, allí “está probado que los jefes policiales recibieron órdenes de borrar evidencias”. En esa ciudad, que limita con Salvador Mazza, se acopiaría la droga. El punto final era en Argentina: Rosario y San Nicolás.
La flota de 250 camiones de Sejas Rosales es la llave para entender el caso. La droga era guardada en una especie de doble fondo en los vehículos. Y al circular con la inscripción de YPFB, se aseguraban no ser registrados en muchos controles. En Yacuiba, de 100 camiones peritados la Justicia boliviana no halló ningún rastro de droga. En cambio, en Santa Cruz de la Sierra, de 116 camiones inspeccionados, encontraron restos de cocaína en 46.