La historia de una nueva víctima de un femicidio macabro: su pedido póstumo
Cambia el nombre, pero el final es el mismo. La historia de la vida y la muerte de Araceli Fulles es una más entre tantas otras mujeres víctimas de la violencia machista. Cuando surja otro caso, ella como las demás víctimas serán parte de una estadística. La violencia de género es una problemática que parece no tener freno. ¿Cuántas mujeres asesinadas más habrá?
El caso de Araceli se conoció los primeros días del mes.. Luego, la angustia generada por no saber dónde estaba se multiplicó. El jueves encontraron a Araceli Fulles enterrada debajo del contrapiso de una casilla ubicada en el fondo de la casa de
Araceli tenía 22 años, era fanática de River, gustaba del rock barrial y acostumbraba a sacarse fotos siempre sonriendo y llamando la atención con sus enormes pestañas y poses divertidas.
Tenía dos perros negros, a los que solía pasear y fotografiarlos.
Araceli tenía amigos en todas partes y por su simpatía, no le resultaba complicado entablar relación con sus pares. "Negrita te vamos a extrañar tanto, te amamos", posteó una de sus amigas. Y se sumaron otros a recordarla.
Sus amigos le decían "La negra", al igual que como llamaban a en Entre Ríos, un día antes de Araceli. A en un descampado. Había sido violada y asesinada por Sebastián Wagner, quien contaba con libertad condicional tras haber cometido dos violaciones.
El deseo póstumo
Araceli era "gallina". Seguía de cerca a su equipo, comentaba los resultados y organizaba "juntadas" de amigos para ver los partidos. En su perfil de Facebook compartió fotos de cuando alentó a River Plate en la cancha.
La joven posteó un deseo en caso de morir. "El dia que me muera, yo quiero mi cajón pintado de rojo y blanco como mi corazón", escribió.
Hay varias hipótesis sobre el crimen, entre ellas la trata de personas. Hace quince días se sumó Interpol, que emitió un alerta amarilla para activar la búsqueda internacional de Araceli. Se ofreció recompensa y se difundía su imagen en los medios.Pero nada pudo contra la violencia de género y la joven apareció sin vida y enterrada.
"Vuelvo en un rato", avisó al salir de su casa. Luego, Mónica, su mamá, recibió un mensaje de su hija en el cual le pedía que preparara el mate para desayunar juntas. Volvía de esa noche larga en la que había cenado un asado con amigos y luego se juntó en la plaza con otros amigos. Araceli nunca más volvió. Fue asesinada y cubierta de escombros. Hoy es la víctima de un nuevo, macabro femicidio.
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