Fin de semana a pura rosca: cena de la mesa política y cambios en el Gobierno
Algo cambió en la última semana en la visión del presidente Mauricio Macri. Los coletazos finales -según esperan desde el Gobierno- de lo que fue la crisis cambiaria hizo que el mandatario abra por primera vez en mucho tiempo su mesa chica. Hubo reconocimiento de errores, perdones y pedidos de disculpas. Lo que vino después fue el primer volantazo que dio el presidente desde el 10 de diciembre de 2015 contra el sector que responde al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Tal y como publicó Big Bang, cada vez hay más pases de factura contra el vicejefe y ex encargado de la coordinación del equipo económico, Mario Quintana, a quien se le atribuyen la mayoría de las decisiones de la economía argentina desde el 28 de diciembre del año pasado. La intención de Macri desde sus épocas en el Gobierno de la Ciudad es evitar la figura de un ministro con peso propio, que pudiera tener independencia en la toma de decisiones. Quienes más lo conocen remarcan que esa faceta la aprendió de su padre, Franco.
En paralelo, después de haberle quitado atribuciones al "ala política" de Cambiemos, Macri dio vuelta sobre sus pasos y convocó nuevamente a la mesa chica al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; asimismo elevó aún más las acciones del ministro de Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio. A ellos se le sumaron otros dos regresos: el del ex senador nacional y fundador de Cambiemos, Ernesto Sanz, y el del hermano de la vida de Macri, el empresario Nicolás Caputo.
El regreso del empresario no es un dato menor. De "alejarse para no generar ruidos" en la gestión de su amigo a estar dos veces en menos de una semana en la Casa Rosada, los concejos de "Nicky" siempre fueron escuchados por el presidente. Cabe recordar que fue el quién apoyó fuertemente la elección de Gabriela Michetti como compañera de fórmula en 2015. Él sólo se enfrentó a la mesa chica que pedía por Peña para ese lugar. Luego, horas después de hacer su propuesta, recibió la ayuda de una aliada impensada: la futura primera dama, Juliana Awada, quien esa misma noche le recomendó a Macri que Michetti sería una mejor elección.
"De las crisis sólo se sale con la política. Siempre con la política", le dijo a Big Bang uno de los armadores territoriales de Cambiemos. Y la política comenzó a tener mayor injerencia en algunas cuestiones. Después de diez días en los que Macri mantuvo diferentes reuniones con ellos, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, cenaron con Frigerio, Monzó, Peña y los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y el de Jujuy, Gerardo Morales, en Oviedo, un exclusivo restaurante de Barrio Norte.
En una comida liviana, además de programar reuniones cada 15 días, ampliarlas a más radicales para fortalecer al partido, también se cerró la idea de que debía enviarse un mensaje de mayor coordinación en cuanto a la política económica.
No fue algo que sólo pensaron ellos. El mercado, el Fondo Monetario Internacional y el propio Caputo coincidieron en los últimos siete días que ese concepto debía abandonarse en Balcarce 50. Por eso, Macri determinó que el actual ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tomé esas atribuciones. A partir de mañana será el nuevo encargado de la coordinación del equipo económico. "No mandas un ministro a negociar con el FMI si lo vas a dejar de lado", le dijo a Big Bang una alta fuente oficial al ser consultada por los rumores, hace diez días, sobre la posible salida del ex columnista de TN.
La designación de Dujovne tiene también mucho que ver con el objetivo central que tendrá Cambiemos en los próximos meses: la discusión sobre las medidas necesarias para reducir el déficit fiscal. El titular de la cartera de Hacienda fue el que se encargó de elaborar todos los proyectos, desde principios de 2017 a la fecha, en ese sentido. En su entorno saben remarcan que en los últimos meses se ganó más espacio en las consideraciones de Peña. Sin embargo sostienen que es esperable "más fuego amigo" como el que recibió cuando viajó a Washington para comenzar las negociaciones con el FMI.
Quintana, quien en enero supo disfrutar quince días como el máximo responsable de los hilos del país por las vacaciones en simultáneo de Macri y Peña, ahora ve como "le pican el boleto". Las críticas para el fundador de Farmacity no tardaron en llegar. "Se enamoró de Grabois y pensó que hacer política era solamente darle más dinero a las organizaciones sociales", se escuchó decir a otro alto dirigente del PRO. En efecto, el propio Quintana supo que su momento de crítica había llegado después de que Macri sostuvo que hubo problemas en la coordinación, justamente su área de trabajo.
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