Mansiones, reclusión y antikirchnerismo: cómo viven hoy los hijos y la viuda de Yabrán
Aquel oscuro sábado 25 de enero de 1997, la vida de los Yabrán cambió por completo. Habían pasado sólo nueve días del primer aniversario de . La misma que, publicada como tapa de la revista Noticias el 3 de marzo de 1996, .
La noticia del brutal asesinato del fotoperiodista del grupo Perfil se instaló con velocidad en la agenda mediática nacional. Todos los caminos conducían al investigado empresario menemista que, sólo 480 días después se suicidaría de un escopetazo en una estancia de Entre Ríos. Tenía 53 años, 17 más que Cabezas, y la Justicia había ordenado cinco días antes su detención por el crimen.
La reclusión fue total. Su viuda y sus hijos aceleraron la millonaria sucesión y luego se esfumaron de la opinión pública, tal como lo venían haciendo antes de que la lente de Cabezas lograra retratar el rostro de uno de los hombres más buscados del por entonces sombrío poder detrás de las irregularidades en la administración menemista.
Por ese entonces, los herederos del imperio empresarial de Yabrán no llegaban a los treinta años. Pablo Javier, el mayor, cumplió 25 sólo dos meses después del misterioso suicidio de su padre. Mario Esteban, el segundo, celebró su cumpleaños número 24 un mes después. Y la más chica del clan, Melina Vanesa, tenía sólo 19 años.
Poco se supo qué fue de sus vidas durante los cinco años que permanecieron en el país. Sólo trascendió que habían puesto en venta casi todos los bienes inmobiliarios heredados. Las dos mansiones de Martínez, la estancia de Gualeguaychú en la que se había quitado la vida el empresario y Bosquemar, la firma que representaba los negocios hoteleros del empresario en Pinamar.
En 2003, después de muchos idas y vueltas, la viuda del empresario decidió armar las valijas e instalarse junto a sus hijos en Uruguay.
Desde el país vecino, Pablo Javier (ingeniero) se encargaría de seguir de cerca los negocios familiares, pero abandonó su lugar para adentrarse por completo en su carrera como Dj. Mario Esteban (abogado), lo ayudó un tiempo y hoy es quien manda en las oficinas del país vecino.
El búnker de la viuda de Yabrán
María Cristina vive hoy, según consigna la prensa uruguaya, en una relativamente modesta casona ubicada sobre la calle San Sebastián en el coqueto barrio de Carrasco. Usa su apellido de soltera, la conocen como la señora Pérez, y no construyó grandes muros, ni plantó árboles para resguardar su intimidad, uno de los sellos característicos de Yabrán.
Medios argentinos, por su parte, sostienen que esa es en realidad la casa de su hijo mayor y que la viuda invirtió dos millones y medio de dólares para reconstruir una propiedad antigua, de un estilo arquitectónico más parecido a la lujosa Mansión del Águila, que compartió con su marido hasta que se fugó para refugiarse en su estancia. La propiedad, de 16 mil metros cuadrados de terreno y 1500 de construcción, se puso en mayo de 1999 a la venta por ocho millones de dólares.
En su momento, la inmobiliaria Manuel Galante & Asociados Propiedades describió así a la propiedad ubicada sobre la calle Pueyrredón 1500 en la pendiente hacia el río: “Importante mansión. Ascensor. Parque con añeja arboleda. Absoluta reserva”.
Dos años más tarde, la casona, que permanece deshabitada, fue valuada en 14 millones de dólares, luego del pedido de embargo indemnizatorio pedido por la familia Cabezas.
Pablo, el primogénito que largó todo para ser DJ
El mayor de los hijos del empresario tiene hoy 45 años. Estudió ingeniería electrónica, pero su pasión eran los aviones. No sólo sacó el carnet de piloto, sino que además trabajó en la empresa Royal Air de su padre. La misma que, nueve años después del suicidio de Yabrán, volvería a ser noticia por ser la aerolínea privada contratada por el venezolano Guido Antonini Wilson para trasladar su famoso maletín con 800 mil dólares.
Aunque suele utilizar un avión privado para viajar por Uruguay y Buenos Aires (su hermana compartió una foto junto a su grupo de amigos en La Paloma), Pablo decidió seguir su verdadera pasión y ahora se dedica a pasar música en fiestas electrónicas.
Amparado en el anonimato que su cuenta de Twitter le otorga (su pseudónimo es DJ Pilot), el primogénito de Yabrán expuso en más de una oportunidad su malestar con la administración de Cristina Kirchner, a quien acusó en reiteradas oportunidades de “ladrona”, pese a su propio expediente familiar.
Participó del cacerolazo del 18 de abril contra la gestión K y se burló de “la pasión de Néstor (Kirchner) por las cajas fuertes”. Además, se quejó de haber intentado comprar un auto de 55 mil dólares en efectivo en Uruguay y haber padecido requerimientos burocráticos, algo que, según él, no aplicaba para la por entonces presidenta.
Cuando no trabaja, disfruta de su vida familiar junto a su mujer, María Paula, hija mayor del ex piloto de automovilismo Juan María Traverso y dueña de la firma de indumentaria De la ostia. La relación data de mucho tiempo. De hecho, el corredor le dedicó a Yabrán su victoria en el podio de Río IV, carrera que ganó sólo un día después de que el cuerpo del empresario fuera encontrado en Entre Ríos.
“Era amigo de él. Conozco la verdad. Me indigna todo lo que pasó. Él se pudo equivocar en muchísimas cosas, pero sé perfectamente lo que ocurrió dicho por él y yo le creí. Y si hubiese sido culpable, era mi amigo. No se mezclan las cosas, más allá de que sé que no lo era. No soy juez, no tengo que ir a decir nada. Simplemente era mi amigo. La realidad marca hoy que mi nieta se llama Juana Yabrán”, justificó Traverso.
Tuvieron tres hijos: Juana, Amalia y Alfredito, que heredó el nombre de su abuelo paterno, pero la fascinación por los autos del materno. Según consignó la revista Noticias, compraron por un millón y medio de dólares una exclusiva mansión ubicada en la calle San Sebastián de Manantiales. Un custodio vive dentro de la casa, vigilada además por seis cámaras de seguridad.
Melina, la nena de “papimafi”
Según consignó el diario La Nación, la menor del clan fue la única que regresó al país. Aunque en un primer momento había comprado junto a su marido, Juan Facundo Reggi, una lujosa casona ubicada en el barrio semicerrado Jardines de Carrasco, la familia decidió volver a la Argentina y se instaló en otro costoso inmueble ubicado en Nordelta.
Orgullosa madre de tres hijos (dos nenas y un varón), la predilecta de “Papimafi”, como solían llamar a Yabrán sus hijos, se habría separado hace pocos meses de su marido, según la revista Noticias.
Es la única de los herederos del empresario menemista que le dedicó un mensaje a su padre. Lo hizo el 26 de marzo de 2014. “Te extraño. Un poco mucho, un poco demasiado y un poco más cada día”.
Es fanática de River y del tenis. Así lo demuestra en su activo perfil de la red social Twitter, en la que también suele comentar lo que sucede en la pista de baile televisiva de Marcelo Tinelli. ¿Su pareja candidata del 2015 era la de Laurita Fernández y Fede Bal quienes se consagraron ese año campeones del certamen.
Mariano, el empresario de perfil bajo
El menor de los hijos de Yabrán es quien sigue el día a día del emporio familiar. Según consignó el diario La Nación, Mariano se encarga de comandar la firma Greenpol, encarcada de “intermediar en procesos de inversiones y desarrollos inmobiliarios”, cuya oficina se encuentra hoy en el complejo World Trade Center de la capital uruguaya. La empresa tiene inversiones en el país vecino, en la Argentina y en Miami, Estados Unidos.
Es el más reservado de todos los herederos, aunque también se mueve con custodia y choferes por la capital uruguaya. Al igual que sus hermanos, mantiene las oficinas de su padre, ubicadas en la calle Viamonte 352, como domicilio fiscal.
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