30 Junio de 2016 06:56
Esta es la historia de una niña con suerte, que mantuvo su frescura, glamour y estilo a través de los años y hoy es parte de la realeza del Viejo Continente.
Cuna de niña mimada:
Nació en 1982 en Reading, Inglaterra, con el nombre de Catherine Elizabeth Middleton, la mayor de los tres hijos de Michael y Carole Middleton, ex programador de vuelos y azafata de la compañía British Airways, respectivamente.
Una nena que tuvo suerte.
Fue una muy aplicada alumna del colegio privado de Marlborough, gran esquiadora y tenista, practicaba ambos deportes con disciplina. A los 19 años, comenzó la carrera de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, donde conoció al príncipe Guillermo, como en una historia de cuentos de hadas.
La joven Kate.
El príncipe azul:
El romance trascendió en 2005 y el acoso de los medios fue tal punto que la Casa Real británica le concedió una escolta a Kate, como una especie de buen visto de la relación. Sin embargo, se vieron sometidos a una agresiva persecución de los paparazzis.
La historia de amor que comenzó en la universidad.
El noviazgo duró ocho años, superando dos breves rupturas, ambas decididas por el príncipe, que se mostraba dudoso ante el compromiso. Tras una de las separaciones, el primogénito del príncipe de Gales se subió en una mesa y bailó al grito de "soy libre". Ella no se rindió. Pero ante la indecisión del novio, la prensa apodó a la duquesa de Cambridge "Katie la que espera".
Su color favorito es el azul, como su príncipe. Mide eternos 1'80 y aprendió italiano en 2010 durante una estancia en Florencia en la que compartió departamento con unas amigas, entre ellas la hija del cantante Chris Rea (One the beach). No bebe alcohol y no le gusta maquillarse en exceso.
Cutis divino, casi sin maquillaje.
Familia real y feliz:
En octubre de 2010 se comprometieron, durante unas vacaciones en Kenia, y se casaron el 29 de abril de 2011 en la abadía de Westminster para mudarse a la residencia oficial de los duques de Cambridge en Londres, el Palacio de Kensington.
En su boda, con un vestido diseño de Sara Burton.
Su primer hijo llegó en 2013, Jorge de Cambridge, tercero en la línea sucesoria. La pareja no duda en presentar ante la prensa al bebé haciendo gala de una naturalidad que seduce a la opinión pública. En la intimidad, según los medios británicos, Kate llama cariñosamente a Guillermo Big Willie. En mayo de 2015 nació Carlota, la niña que ya fue fotografiada, como el resto de la familia, por Mario Testino.
Los príncipes y sus niños, por Mario Testino.
Con su estilo siempre delicado, ha logrado romper algunas de las rígidas tradiciones de la familia real al pasar las últimas navidades con sus padres. También fue a visitar su casa paterna tras dar a luz a su primer hijo. Y eso que en su casa, que noe s otra que el Palacio de Kesington, hay espacio de sobra: veinte habitaciones y un enorme salón para cien personas.
Realeza, look y figura envidiable:
Catalina de Cambridge sigue siendo Kate Middleton. Su sonrisa aún es amplia, su melena natural y atractiva y su estilo se renueva sin traicionar la elegancia que demanda su título nobiliario. Todo ello causó su protagonismo del número que celebra los 100 años de la edición británica de Vogue, revista para las que han posado otros miembros d ela realeza como La princesa Anne, Lady Di y Carlota Casiraghi.
Divina, en la tapa de Vogue.
Es un icono de la moda y muchas siguen sus pasos, atentas a lo próximo que va estrenar. Los placares de muchas europeas están marcados por su influencia.
Como si su cuerpo no hubiera dado a luz a dos niños en menos de tres años, ella luce espléndida. Su dieta incluye la mayor cantidad posible de alimentos crudos y naturales (hasta un 80%): cantidades moderadas de mariscos, como el ceviche de camarones y pescado; además de gazpacho, todo tipo de ensaladas de vegetales y de frutas, y también leche de almendra y snacks orientales de tabbouleh y hummus.
Super elegante, hermosa.
¿Lo genial? Aunque podría tener exclusivamente ropa de diseñador, le gusta usar también prendas que podrían estar en cualquier guardarropa de "´plebeya". Más de una vez ha lucido prendas de marcas high street, de grandes tiendas como Zara, y que al usarlas enseguida se agotan inmediatamente, como sucedió este año con el tapado rojo.
El tapado rojo que se agotó enseguida después de que Kate lo usó.