En la manera de llevar las lolas también existen tendencias y modas. Tras el reinado de las exageradas curvas ochentosas, el milenio trajo volúmenes erguidos a fuerza de siliconas, con fuerza de gravedad sostenida a puro bisturí.
Pamela, una pionera del tetor.
Pero era hora de que el escote recupera su forma original. El contorno que imperaba en los años '70, que cae naturalmente hasta donde deba caer, viene pisando firme otra vez. A puro despojo, la onda "menos es más" vuelve a pedir pista.
Jane Birkin, flacucha y divina.
Victoria Beckham, una de las it girls más influyentes, fue pionera en retirarse sus implantes mediante dos intervenciones, la última tras el nacimiento de su pequeña Harper. Va decidida tras el efecto Jane Birkin. En nuestro país, la modelo Jimena Cyrulnik acaba de confesar en el programa de Marcelo Polino que su decisión ya está tomada y que fue muy consultada con su marido: pasará por el quirófano en breve, para reducir el tamaño de su busto.
Para Victoria, ahora, menos es más.
Otra Victoria, de apellido Secret, marca lo que llevarán las mujeres en materia de soutiens y se rinde ante la evidencia: “Es sexy no llevar relleno”, dice en su última campaña la casa de lingerie más top del mundo. Así, promociona la línea de encaje, transparencias y cortes triángulo que (¡por fin!) ganan terreno frente a los aros y los incómodos push up, con un único objetivo: sujetar el busto, sin transformarlo.
Jimena Cyrulnik, vuelve a su tamaño original.
Triángulo, encaje, simplicidad.
Damos paso ahora a pechos puntiagudos y decimos chau a los melones muy redondos de la era del Wonderbra. El pecho de la mujer recupera la forma de pecho, ese que veníamos negando en los últimos tiempos, a favor de un estereotipo sexy creado por el imaginario masculino, y por nosotras mismas.
Y, ¿cómo se lleva? Bajo blusas a medio abrochar, cubierto con delicados encajes de corpiños de corte triángulo, o directamente, braless (sin corpiño), una opción que cada día gana más fanáticas. La top model Kendall Jenner es una de las famosas que se embandera en esta campaña anti corpiño, cada vez que sale de casa sin él.
Kendall Jenner descarta el corpiño.
Sin relleno, sin aro o sin sujetador, la corriente se podría entender bajo las mismas razones que explican por qué estamos dejando de comprar tangas: una combinación de comodidad y premisas que se oponen a la visión del cuerpo de la mujer imaginado por el hombre. Las tangas son igualmente incómodas.
Serán muy sexys, pero un hilo ahí metido...
¡Vamos! Que el adiós al push up no hace otra cosa que seguir el discurso de aceptación. Bienvenidos otra vez los corpiños triángulo, de algodón, o algodón con lycra. O si no... libres como el viento bajo la remera o la blusa.