La ciudad de Navarro, en la Provincia de Buenos Aires, vuelve a encontrarse en el ojo de la tormenta. Esta vez, desde la ONG, Unidos por Nuestros Animales (UNAN), llaman a una respuesta urgente ante la desidia de la intendencia, precedida por Facundo Diz y por la cabeza del decadente Hospital Veterinario, Marcelo Azar. La polémica gira en torno a una secuencia de hechos aberrantes que dejarían a cualquier persona con un mínimo de humanidad, en shock: falta de atención especializada, maltrato animal, uso indebido de recursos públicos y mentiras sin escrúpulos.
La organización sin fines de lucro UNAN, integrada por un grupo de vecinas abocadas a promover la tenencia y el cuidado responsable de los animales, a su rescate, tránsito y, hasta hace poco, a la asistencia de los perros del canil municipal, se vio directamente atacada por una denuncia infundada y el cierre indefinido del Hospital Veterinario.
Por años, UNAN colaboró con el Hospital Veterinario, brindando asistencia sanitaria dentro del canil, aportando medicamentos e insumos y encargándose del proceso de rescate, tránsito y traslado de los perros adoptados. La situación en Navarro no excede la problemática sobre la crianza irresponsable y abandono de perros en todo el país, pero sorprende ante la prepotencia de funcionarios que incumplen su deber y atacan a las voluntarias por plantear la condición insalubre de los animales y la falta de políticas de prevención y acción del Municipio.
Durante el mes de noviembre, las voluntarias habían advertido la presencia de moquillo, una enfermedad altamente contagiosa que afecta los sistemas respiratorio, digestivo y nervioso de los animales, provocando, sin un tratamiento adecuado, su muerte. El moquillo se propaga por contacto con secreciones de animales infectados y se manifiesta con síntomas como fiebre, secreción nasal, tos, vómitos y diarrea. Tales eran las deplorables condiciones de hacinamiento y falta de higiene a las que los perros estaban sometidos en el Hospital Veterinario, provocadas por la falta de atención y desinterés de sus empleados. La respuesta del Hospital Veterinario fue: "Todos los perritos son controlados diariamente y no se ha detectado sintomatología compatible con moquillo".
El viernes 14 de noviembre UNAN recibió una notificación oficial del Hospital Veterinario anunciando su cierre "hasta nuevo aviso": "El Hospital Veterinario se encuentra realizando un vacío sanitario, para eliminar patógenos que pudieran haber en las instalaciones, por ello, los animales se encuentran aislados preventivamente hasta que los profesionales médicos indiquen, recomendando no tener contacto con nuevos animales ni con personas ajenas al hospital. Por ello se suspenden preventivamente las visitas a los sectores de caniles".
Hasta allí, sería el procedimiento correspondiente ante una emergencia sanitaria de semejante magnitud; una emergencia que podría haberse evitado si las autoridades hubiesen respondido al llamado urgente de UNAN, que venía alertando la situación desde hace tiempo. Hoy, más de diez días después, el estado de los animales que quedaron dentro del canil es incierto.
La atención médica que brindaba la organización, la limpieza, los paseos y las adopciones quedaron suspendidas sin motivo y los perros fueron dejados a su suerte. Pero lo terrible es el acto de intimidación efectuado indirectamente por el Director del Hospital Veterinario, Marcelo Azar: la notificación por parte de la policía de una "denuncia" a dos referentes de UNAN, sin fundamentos y sin un denunciante reconocible y el silencio del Intendente Facundo Diz ante la súplica de esclarecimientos y una solución.
El estado deplorable del Hospital Veterinario es solo un mero reflejo de una pobre e incompetente gestión que suma a su historial nuevos hechos de maltratos, falta de respuestas y decisiones políticas que afectan nuevamente a la ciudad de Navarro. Designaciones de puestos claves a personal inadecuado, como el de un Director sin formación veterinaria, el uso impropio del patrimonio público y mentiras que dejan en evidencia la desidia total. Entre ellas, se recuerda el pedido constante de un vehículo que permita el rescate y la movilidad de los animales, pero la respuesta del Hospital Veterinario fue sorprendente: "En estos momentos no tenemos movilidad, los perros son difíciles de agarrar, somos un hospital, no contamos con los medios de captura".
La mentira quedó al descubierto cuando los vecinos de Navarro captaron a Marcelo Azar transitando con la camioneta municipal y utilizándola para viajes personales. Desde la Municipalidad advierten que la misma hoy se encuentra fuera de servicio.
Hechos de corrupción como estos se advierten, día a día, en Navarro pasando notoriamente desapercibidos ante los ojos de las autoridades. Desde UNAN exigen que se tomen medidas urgentes para salvaguardar la vida de los animales. Cada día que pasa, el riesgo incrementa y sus verdaderas víctimas, parecen quedar en el olvido.