El martes no veré Discovery, sino que estaré prendido a la tele viendo el partido de la Selección con el deseo de un triunfo de Argentina que lo ubique nuevamente en los puestos de clasificación para ir a Rusia. Y ya en el mundial alentaré por que éste grupo de jugadores o quienes sean los 23 traigan la copa.
Coincido con Jorgelina Cardoso en que “Al fin y al cabo es sólo FÚTBOL”, por ello es que la euforia por un triunfo en un clásico o por obtener un campeonato me dura desde la cancha hasta llegar al auto y la alegría hasta el día siguiente o tal vez unos días más, como la amargura por perder el clásico o quedar fuera de una competencia me dura también hasta llegar al auto y la tristeza hasta el día siguiente; sabiendo que en la victoria o la derrota a la semana siguiente habrá otro partido que me podrá generar cualquiera de esas sensaciones.
Ahora bien, me gustaría y creo ayudaría también que Jorgelina Cardoso salga a los medios (como lo hizo ante las críticas) trás un hat-trick de Di María a Colombia o trás, porque no, ganar la final de Rusia con un gol de Ángel para pedirle de igual manera a los hinchas que no lo endiosen ni idolatren, que no corran a los kioscos por su poster, que no hagan vigilia en ezeiza a la espera de su arribo, que no hagan horas o días de cola por conseguir una entrada para verlo, que no esperen horas en la puerta del entrenamiento o un hotel por una foto, autógrafo o simplemente verlo...; al público en general que no le hagan obsequios, que lo no inviten a fiestas o agasajos, que no le otorguen acceso privilegiado o gratuito...; al qatarí del PSG que no le extienda el contrato con el club con un aumento de millones de euros por año... y a los sponsors: que no le paguen millones de dólares por hacer uso de su imagen...
Todo ello porque como ella bien dijo: “Al fin y al cabo es sólo FÚTBOL” (en las malas y en las buenas”).