El "milagro" ocurrió en Rusia. Un gato bebé, perdido, solo y sin rumbo, terminó en medio de una carretera muy circulada por cierto. Los autos y camiones le pasaban por el costado, a centímetros. O incluso por arriba. Pero "suertudo" no recibió ni un rasguño. Ver para creer.
La tradición de las siete vidas del gato quedó ampliamente superada por este chiquitín, que a la larga y contra toda lógica sobrevivió y no fue aplastado. Lo rescató un automovilista piadoso.