El ex militar bosniocroata Slobodan Praljak, de 72 años, sorprendió a todos en La Haya al beber veneno durante el juicio por los crímenes de Guerra cometidos durante el conflicto entre 1992 y 1995 en Bosnia-Herzegovina. Luego de ese episodio murió.
Praljak bebiendo el veneno en pleno juicio.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) rechazó su apelación y confirmó una sentencia de 20 años de prisión. En ese preciso momento el acusado se paró, dijo que tenía veneno y gritó "Praljak no es un criminal, rechazo su veredicto".
Praljak nació el 2 de enero de 1945 en la ciudad de Capljina, de Bosnia y Herzegovina. Era ingeniero eléctrico en Zagreb y trabajó como productor de teatro, cine y televisión y como profesor de filosofía y sociología. En 1991 se unió al ejército de la República de Croacia.
En 1992 se convirtió en viceministro de Defensa de la República de Croacia y el 10 de septiembre fue nombrado miembro del Consejo de Defensa Nacional y desempeñó ese cargo hasta que en 1993 fue designado miembro de la Comisión Estatal a cargo de las relaciones con la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas.
En 1991 se unió al Ejército de la República de Croacia.
Aunque los bosnios croatas fueron en un principio aliados de los bosnios musulmanes en la lucha contra los serbo bosnios; luego entre 1993 y 1994, croatas y musulmanes se enfrentaron cuando en la ciudad de Mostar, donde se dieron algunos combates sangrientos.
Cuando le informaron que sus tropas estaban llevándose a musulmanes aterrorizados en la localidad de Prozor, el ex militar "no hizo ningún esfuerzo serio en detener a sus soldados", según indicó el tribunal.
También le informaron planes de asesinatos y ataques contra miembros de organizaciones internacionales y mezquitas en el este de Mostar. Allí tampoco hizo nada.
Praljak se entregó voluntariamente al TPIY en 2004
Tras ser acusado de asesinato, deportación, maltrato de civiles, violaciones y apropiación de bienes, entre otros cargos, cometidos por sus tropas en la guerra, y específicamente de ordenar la destrucción del puente Stari Most en la ciudad de Mostar, lo cual causó un "daño desproporcionado a la población musulmana", Praljak se entregó voluntariamente al TPIY el 5 de abril del 2004.
El desenlace
Durante la lectura de la sentencia el militar no toleró que se lo caratule como un criminal de guerra y sacó un pequeño frasco que tenía en su mano con un líquido que ingirió, indicando que era veneno.
El juez Carmel Agius le pidió que no lo hiciera, pero el bosniocroata aún así bebió un líquido de una pequeña botella que llevaba consigo.
Inmediatamente el Tribunal suspendió la sesión en curso y ordenó trasladar al general a un centro hospitalario holandés, donde poco tiempo después murió.