Cientos de personas marcharon espontáneamente a la plaza de la República de París para pedir paz y en señal de duelo por los 129 muertos que dejó el atentado del viernes por la tarde. Pero una vez más, los franceses vivieron un tenso momento. En pleno homenaje a las víctimas, la explosión de un petardo ocasionó pánico en todos los presentes.
La gente, asustada por el fuerte sonido, se refugió en cafés ubicados por la zona. Además y como medida de precaución, la Policía despejó toda la plaza y las calles que la rodean.
La desesperación fue tan grande que los presentes no se dieron cuenta de que corrieron por encima del monumento improvisado en memoria de las víctimas.