El botón de pánico de una víctima de violencia de género de la ciudad de Santa Fe salvó a una mujer hipoacúsica luego de que, por segunda vez en una semana, su ex pareja la atacara y torturara en su domicilio. Las fuerzas de seguridad llegaron a tiempo y pudieron detener de forma preventiva a L.A.C. de 24 años, quien quedó imputado por diversos delitos, tras el ataque ocurrido en una casa de Lisandro de la Torre y Avenida de Circunvalación.
El segundo ataque se concretó el 30 de junio, cuando cerca de las 18:30 el agresor encontró a la víctima fuera de su hogar, la golpeó y la obligó a entrar por la fuerza mientras la tomaba de su cabello. Dentro de la casa los puñetazos contra ella continuaron, aunque también la joven utilizó el botón antipánico que le habían dado sólo tres días antes, cuando fue el primer ataque.
La llegada de la Policía local fue fundamental para la supervivencia de la mujer, quien recibió atención con celeridad de las lesiones que habían constatado que había dejado L.A.C. Para el fiscal Arturo Haidar lo ocurrido delata una situación de violencia de género estructural, en la cual hubo una "relación de poder desigual, ataques físicos y psicológicos sistemáticos que vulneraron la vida, dignidad, integridad y seguridad personal de la víctima".
En ese sentido, la jueza Celeste Minniti avaló la imputación que pidió el representante del Ministerio Público Fiscal, donde señalaba a L.A.C. como responsable de los delitos de lesiones leves dolosas doblemente calificadas, desobediencia a un mandato judicial y privación ilegítima de la libertad agravada por haberse cometido con violencia y amenazas.
Tras el ataque, la denunciante fue contenida por el equipo Interdisciplinario de Atención N°2 de la Dirección de Género y Disidencias de la Municipalidad de Santa Fe, además del equipo de Fortalecimiento Institucional, en la cual le brindaron una atención psicológica y social, siempre adaptada a su condición de hipoacúsica.
Tres días antes de este segundo ataque, la víctima había sufrido el primero, del cual se había salvado de milagro. Sin importarle la orden de restricción que tenía vigente en su contra, L.A.C. se metió de prepo al hogar de su ex y la atacó con dureza, al punto de que le ató una sábana en su cuello y ató de pies y manos con un cable.
Durante toda esa noche la golpeó en distintas partes del cuerpo y la intimidó de forma constante, asegurándole que si hacía la denuncia o pedía ayuda, la mataría. La salvación en esa primera oportunidad llegó por un descuido del agresor, quien se quedó dormido cerca de las 7 de la mañana, permitiéndole escapar a la víctima en ese descuido.