Tras el contundente triunfo electoral de Javier Milei y el ascenso de La Libertad Avanza al poder, la Confederación General del Trabajo (CGT) se prepara para enfrentar el embate directo contra los derechos laborales: la reforma laboral impulsada por el gobierno libertario, ahora presentada bajo el nombre de "modernización laboral".
En una reunión clave realizada durante el 30 de octubre en la sede de la UOCRA (mientras en Casa Rosada estaban reunidos el presidente con 20 de los 24 gobernadores) la central sindical definió estrategias y reafirmó su compromiso con la unidad de cara a las elecciones internas del 5 de noviembre.
El encuentro, que reunió a más de 70 gremios en la sede de la UOCRA liderada por Gerardo Martínez -representante de la CGT en la mesa de negociación libertaria- se llevó a cabo en un clima de preocupación pero también de determinación. Mientras desde la Casa Rosada se intensifican los esfuerzos para sumar apoyos legislativos al proyecto de reforma, en el ámbito sindical se delinearon acciones para frenarla. Bajo el lema "Ni un paso atrás", los dirigentes y dirigentas coincidieron en que la reforma atenta contra pilares fundamentales del modelo sindical argentino, como los convenios colectivos y el sistema de paritarias.
Entre las medidas discutidas, se incluyó la posibilidad de convocar movilizaciones y paros, aunque sin abandonar el diálogo con gobernadores y legisladores: "No renunciamos a ninguna herramienta, pero apostaremos primero al consenso", afirmó uno de los participantes. Incluso se dejó abierta la puerta a un eventual acercamiento con el Gobierno, aunque los dirigentes reconocen que las expectativas de una convocatoria oficial son bajas.
Martínez, en declaraciones previas, ya había dejado clara su postura: "No hay ningún acuerdo posible porque esta reforma es una reedición del capítulo laboral del decreto 70/23, que ya impugnamos en la Justicia", palabras que fueron respaldadas por los asistentes al encuentro, quienes coincidieron en que el proyecto oficial representa un retroceso en materia de derechos laborales.
Uno de los puntos más destacados de la reunión fue el consenso en torno a la necesidad de mantener la unidad dentro de la CGT. La central viene enfrentando tensiones internas durante los dos años de gobierno de Milei con quienes tienen una postura negociadora y dialoguista contra quienes consideran inadmisible esa situación aunque ahora los dirigentes parecen haber encontrado un terreno común frente a lo que consideran una amenaza mayor.
Entre los asistentes estuvieron Héctor Daer (sanidad), Jorge Argüello (camioneros), Hugo Moyano (camioneros), Armando Cavalieri (comercio) y José Luis Lingieri (AYSA), así como figuras críticas de la actual conducción como Abel Furlán (metalúrgicos) y Mario "Paco" Manrique (SMATA). La presencia de estos últimos, cercanos al kirchnerismo y promotores de una postura más confrontativa, marcó un gesto significativo hacia la unidad.
"Hay que defender la CGT a fuego", expresó uno de los oradores, resumiendo el espíritu del encuentro. Esta postura también se reflejará en las elecciones internas del 5 de noviembre, donde se buscará evitar fracturas y garantizar un proceso ordenado.
Y, sobre esta fecha que será clave para la CGT, ya que se llevará a cabo el Congreso Nacional Ordinario en el Estadio Obras Sanitarias, en Buenos Aires. Allí se renovará por completo el Consejo Directivo, incluyendo 36 secretarías y 14 vocalías. Entre los cargos más relevantes a definirse están la Secretaría General, Adjunta, Gremial y Relaciones Internacionales.
Aunque no hubo discusión explícita sobre candidaturas durante la reunión en la UOCRA, ya suenan nombres para liderar la central. Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrios) y Maia Volcovinsky (judiciales) aparecen como los principales candidatos para conformar un nuevo triunvirato, formato que parece mantenerse pese a algunas voces disidentes. El mandato de las nuevas autoridades de la CGT será clave porque abarcará desde el 11 de noviembre de 2025 hasta el mismo día de 2029. Además de elegir a los nuevos representantes, el Congreso analizará las Memorias y Balances Generales de los últimos cuatro años y debatirá sobre la situación social, política y sindical del país.