Mientras el reloj avanza hacia el cierre del plazo para inscribir alianzas de cara a las elecciones legislativas de octubre, el ex presidente Mauricio Macri rompió el silencio y puso en palabras lo que ya era un secreto a voces: la posible coalición entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) está empantanada por las pretensiones del oficialismo de acaparar el control absoluto. "La Libertad Avanza quiere tomar una posición totalmente dominante", advirtió Macri al referirse a las negociaciones con el espacio que lidera Javier Milei. Las palabras del ex mandatario llegaron minutos antes de la reunión del PRO para "debatir" el panorama electoral.
De acuerdo con Mauricio, durante el encuentro analizarán la situación del país y verán "cómo van a organizarse para esta elección". La interna entre los aliados circunstanciales se volvió más evidente en las últimas horas, cuando desde el entorno de Jorge Macri aseguraron que las propuestas libertarias "no estuvieron a la altura del desafío que implica construir un acuerdo político serio" y que, en estas condiciones, "no vamos a aceptar la propuesta". Macri, sin embargo, aclaró que la vocación del PRO siempre fue colaborativa: "La prioridad del PRO, desde hace casi dos años, ha sido siempre intentar ayudarlos a generar gobernabilidad".
Pero no ahorró críticas a la gestión actual: "Lamentablemente, no ha sido lo que la Argentina necesitaba, por eso seguimos con este nivel de riesgo país y con problemas para que Argentina vuelva a crecer". El telón de fondo de esta puja es un oficialismo que ya puso sobre la mesa sus condiciones: en la Ciudad de Buenos Aires, ofrecen entre dos y tres bancas de diputados para el PRO, pero se reservan todos los lugares del Senado. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, es la candidata favorita de los libertarios para encabezar la lista, aunque su doble rol entre la gestión y la campaña todavía no se define. "Estoy a disposición del Presidente", dijo Bullrich.
Pese a esto, la funcionaria reconoció que "es un tema abierto". En paralelo, Mauricio Macri organizó una reunión virtual con la cúpula del PRO, entre ellos Cristian Ritondo y Jorge Macri, para analizar el estado de las conversaciones, aunque su primo quedó excluido de las negociaciones por expreso pedido de la Casa Rosada. En su lugar, el interlocutor designado fue Ezequiel Sabor, actual secretario de Gobierno porteño y hombre de confianza del expresidente. La tensión entre el PRO y LLA se vuelve más evidente a medida que se acerca el plazo del jueves 8 de agosto, cuando vence la fecha para inscribir alianzas.
En el entorno de Karina Milei aseguran que "está todo más que encaminado" y que el anuncio está al caer. Pero en el PRO, el panorama es muy distinto: "El avance luce poco probable", remarcan. "Lo que falta entre las partes es encontrar un lugar de comodidad para poder trabajar en conjunto. Ahora hablaremos sobre las últimas novedades y tomaremos la decisión", señaló Macri, dejando entrever que todo sigue en suspenso. Mientras tanto, desde sectores radicales como el de Martín Tetaz se impulsa una tercera vía que excluya tanto al kirchnerismo como al mileísmo, y que podría incluir al PRO si finalmente no se consuma la alianza con el Gobierno.
La "diagonal de la sensatez" -como la llama Tetaz- se presenta como una alternativa ante un escenario político cada vez más fragmentado. En este tablero inestable, el PRO deberá definir si cede ante las exigencias libertarias o si se planta para mantener su identidad. Por ahora, el mensaje de Macri fue claro, remarcó que "a todos les preocupa" que el país vuelva a crecer "a un ritmo donde se puedan a incluir" a todos los ciudadanos y señaló que, dentro de su espacio, se debatirá todo lo necesario.