En una extensa entrevista en el canal Neura, el presidente Javier Milei dejó al descubierto no solo la estrategia política de su gestión actual y sus planes de reelección para 2027, sino también las tensiones cada vez más explícitas dentro del propio Gobierno, en especial con su vicepresidenta, Victoria Villarruel. En tono confrontativo y sin espacio para la autocrítica, el líder de la Libertad Avanza redobló su apuesta electoral, acusó a la oposición de buscar desestabilizar y cerró su participación con un espectáculo de títeres, que terminó siendo más literal que metafórico. "En el '27 voy a ser reelecto", avisó.
Confiado en que su cruzada libertaria se consolidará en las próximas elecciones y detrás de esta proyección optimista de cara a las próximas elecciones presidenciales, Milei esbozó una arquitectura de poder que bautizó como el "Triángulo de Hierro político", conformado por su hermana Karina Milei, el estratega Santiago Caputo y el jefe de Gabinete Guillermo Francos. "Yo estoy avocado 100% a la gestión", aseguró, aclarando que solo interviene en los asuntos que requieren su "dedo". "Trabajo de manera hiperactiva con 6 de los 8 ministerios. Solamente suben cosas que necesitan el dedo mío", advirtió.
Uno de los momentos más tensos de la entrevista fue cuando Milei volvió a cargar con dureza contra su vicepresidenta. "La traidora dio lugar a una sesión ilegal para que rompan el equilibrio fiscal", lanzó, en referencia al debate en el Senado donde se aprobó una ley que aumenta los haberes jubilatorios y otras partidas sociales. "Villarruel lo podía parar y no lo paró, en concordancia con los kukas", denunció el presidente, y fue más allá: "Estaba trabajando para el golpe que estaban gestionando en el Senado. Si el Gobierno volaba, se quedaba ella con los kirchneristas". Como broche, echó mano de su frase ya habitual: "Roma no paga traidores".
En ese marco, Milei calificó de "asesinos de jóvenes" a los legisladores que votaron el aumento, al considerar que están "condenando el futuro de los argentinos". Aseguró que la vicepresidenta se ausenta de las reuniones de Gabinete desde abril y prometió: "No tengo miedo. Cada cosa que ella haga va a estar expuesta. ¿Qué me vas a venir a extorsionar con golpismo? Me importa tres carajos. Yo vine a hacer el mejor Gobierno de la historia, si las lacras del Estado quieren venir a llevarme puesto, no me importa, se la van a tener que ver con la gente".
Reformas, muñecos y una reelección proyectada
El mandatario explicó que su proyecto de reformas tiene dos etapas: la coyuntura (2023-2025) y el largo plazo (2025-2027), esta última enmarcada ya en su autoproclamado segundo mandato. En ese diseño, ubicó al ex ministro Federico Sturzenegger como el cerebro de la desregulación, a Sandra Pettovello como clave en el área de Capital Humano, y al empresario Gerardo Werthein en el frente internacional. Sobre el cierre, dio paso a su muñeco "Termín", con el que explicó conceptos económicos como inflación, criticó a Keynes y sentenció que "la teoría general del empleo es un pasquín escrito para políticos mesiánicos y corruptos".
Durante la entrevista, Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, minimizaron la suba del dólar, insistiendo en que el tipo de cambio flota "como en un país normal" y que el fenómeno responde a maniobras ligadas al kirchnerismo. "Sabíamos que los 'kukas' iban a hacer esto", sostuvo el presidente, asegurando que la política monetaria fue reforzada para resistir intentos de sabotaje electoral. Milei incluso acusó al Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, de formar parte de esta supuesta ofensiva opositora: "Mandan a la basura de Stiglitz a pronosticar el apocalipsis", dijo, sugiriendo que el economista cobra por opinar en contra del Gobierno argentino.
Caputo, por su parte, intentó dar garantías sobre la solidez del programa económico y las bases del equilibrio macro. "El peronismo es muy malo gobernando, pero es muy bueno desestabilizando", advirtió. Mientras Milei proclama su fe ciega en el rumbo del Gobierno y en su reelección, puertas adentro no todo fluye con la misma armonía. La conformación de listas en la provincia de Buenos Aires desató una fuerte disputa entre Karina Milei y sectores referenciados en Caputo y Eduardo "Lule" Menem, quien empezó a jugar con mayor peso en la política bonaerense a pedido de la secretaria general.
La tensión fue tal que requirió la intervención directa del presidente, quien pidió frenar los roces internos. Sin embargo, las heridas están lejos de cicatrizar. Las reuniones en la Rosada para limar diferencias se dan en clima de hermetismo y el oficialismo intenta proyectar una imagen de unidad de cara a las elecciones de septiembre y octubre. Milei se mostró optimista: "Mi elección de septiembre es un piso y para ellos (el peronismo) es un techo". Y añadió: "Los mayores aliados de nuestro programa son los que menos tienen".