Más
Política
Contundente

"No son inventos ideológicos, son políticas de Derechos Humanos": la clave que refuta la motosierra de Milei

Desde Grow, género y trabajo, reflexionan sobre los últimos ataques a las políticas públicas que mejoraron la calidad de vida de mujeres y disidencias.

22 Mayo de 2025 11:33
"No son inventos ideológicos, son políticas de Derechos Humanos": la clave que refuta la motosierra de Milei
marcha-8m-en-buenos-aires-202510

Desde que en 2024 asumió las arcas del Estado el partido de La Libertad Avanza, la violencia de género es negada, las políticas públicas que garantizan una mejor calidad de vida para mujeres y disidencias fueron cercenadas y crece el negacionismo sobre el acceso de derechos humanos sobre todo para identidades feminizadas.

En este contexto fue que el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona expresó con orgullo que había pasado "la motosierra" por trece programas de género a los que tildó de "kirchneristas" de manera despectiva y festejó un supuesto ahorro para su política estatal.

El posteo completo del Ministro de Justicia
El posteo completo del Ministro de Justicia

La publicación en las redes sociales del ministro de Javier Milei generaron cuestionamientos por la saña con la que se atacan dichos programas y las respuestas no se hicieron esperar. Desde Grow, una organización que trabaja para conseguir la igualdad en el mundo del trabajo, analizaron los dichos de Cúneo Libarona y reflexionaron en torno a la problemática que conlleva el cierre de estos programas. 

Para profundizar, BigBang dialogó con Carolina Garber, responsable estratégica de regionalización y asuntos públicos que dio algunas claves para pensar cómo se refuta la idea que niega el concepto de violencia de género en general pero en particular en el mundo del trabajo. 

Carolina Garber

Sobre esto, Garber hace hincapié en la importancia de los diferentes programas estatales que sirven para estudiar las desigualdades por cuestiones de género para luego implementar políticas públicas que las estabilicen pero también contestó la pregunta del millón: ¿por qué los funcionarios de La Libertad Avanza insisten en atacar a mujeres y diversidades? 

¿Cuáles considerás que son las desigualdades de género más marcadas que se observan desde el mundo del trabajo en nuestro país y por las que las políticas públicas estatales son importantes para revertirlas? 

Las desigualdades de género en Argentina ya vienen siendo profundas y estructurales. En cuanto a lo laboral, persisten. Las mujeres seguimos teniendo menores espacios de actividad, empleo, estamos más desocupadas y sobre todo estamos sobre representadas en los espacios más precarios, los mal pagos con situaciones más precarias. Los datos del INDEC siguen mostrando eso: las mujeres más jóvenes tienden a tener más tasa de desocupación y es a ellas a quienes les cuesta mucho más acceder a un primer empleo. Cerca del 40% de las mujeres están en la informalidad y siempre en sectores más feminizados como el trabajo de las casas particulares y de cuidado.

Esto se trató de revertir con programas desde el Ministerio de Mujeres -que fue desarmado- y claramente no podemos dejar de hablar del trabajo no remunerado; ese que no figura en ninguna estadística laboral: este tipo de trabajo tiene que ver con las tareas de cuidado que se realizan después de volver de trabajar, es trabajo reproductivo y productivo, porque permite que otras personas salgan a trabajar, resignando la entrada al mercado laboral formal por parte de esas mujeres que cuidan. Éstas pueden ser madres con hijos, pero también los cuidados en general que muchas veces recaen en las mujeres que se tienen que quedar al cuidado de los mayores, sean los propios padres o los suegros.   

Edificio del Ministerio de Mujeres

En ese sentido en la Encuesta sobre el Uso del Tiempo que se realizó desde el Ministerio de Economía, desde el área de género, surgió que nosotras nos dedicamos el triple del tiempo de los varones a las tareas de cuidado del hogar. Eso es limpieza, cocina y también la carga mental de mantener la logística que sigue recayendo sobre las mujeres. 

Respecto a eso, desde el Estado se buscaba revertir la situación...

Sí, por eso nos parece de Grow que las políticas públicas son fundamentales, no se corrigen solas -si bien tienen un un costado cultural que tiene que acompañar- no se corrigen solas y el mercado tampoco las va a compensar. Los avances que habían habido que eran importantes, por ejemplo, el programa Registradas que incentivaba la registración de las trabajadoras en particulares, un sector históricamente informal y profundamente feminizado. 

El programa Registradas incentivaba a que los derechos de las trabajadoras domésticas se cumplan

Después otro avance que había surgido al Mapa Federal de Cuidados que también había sido impulsado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, donde se permitía visibilizar dónde había y dónde faltaban servicios públicos de cuidado de infancias que permiten que esas mujeres vuelvan o se incorporen al mercado de trabajo. Esto era muy importante para poder hacer efectivamente políticas públicas; era integrador porque hablaba de cuidados desde lo sanitario hasta lo educacional.

También hubo programas como Construir Igualdad donde se capacitaba a mujeres para que ingresen a mercados masculinizados y que puedan diversificar esta segmentación horizontal; una idea desde la que trabajamos con Grow. También el tema de las licencias parentales más igualitarias, claves para que exista la posibilidad de construir un cuidado y responsabilidades más igualitarias. 

Estas son algunas de las desigualdades que se corrigen con políticas públicas. Claro que el sector privado tiene que acompañar, pero tiene que haber un marco general que lo habilite y que lo promueva.

¿Cómo explicarías que las políticas de género no tienen que ver con "bajadas de línea partidaria" como expone el ministro Cúneo Libarona?

Desde Grow decimos que las políticas de igualdad de género no son inventos ideológicos y mucho menos partidarias, no son de un partido o del otro como de alguna manera parece que se quiere instalar. Son claramente políticas de Derechos Humanos. 

"Es garantizar que todas las personas puedan vivir tranquilas", dijo Carolina sobre la idea de la implementación de políticas de género en Argentina

Muchas de ellas tienen respaldo legal, internacional, están en nuestra convención por encima de lo que se pueda modificar con una ley y tuvieron consenso político muy amplio: la ley 26.485, que es la de Protección Integral para prevenir, sancionar las violencias de género contra las mujeres y diversidad fue implementada en el 2009, tuvo unanimidad no fue impulsada sólo por partido, es una construcción colectiva.

Después tenemos otros tratados internacionales que nosotros firmamos, como la Convención de la CEDAW y la Convención de Belém do Pará. Esto no es ideológico porque de ninguna manera lo que tratamos de hacer es convencer a una persona que piense distinto; es al contrario, es garantizar que todas las personas puedan vivir tranquilas. No solo las mujeres, también personas trans, varones... es que todas pueden establecer sus condiciones de igualdad. 

"No es un adoctrinamiento esto", expresó la referenta de Grow

No es un adoctrinamiento esto, no es una bajada partidaria. Las acusaciones de ideológico meramente me parecen para desprestigiar, disminuir, invisibilizar algo que ya se había logrado en la sociedad.

¿Por qué pensás que se ridiculizan programas que tienen que ver con identidades feminizadas?  

Para mí, la idea de ridiculizar programas de género -en todos los gobiernos- tiene que ver con que cuestionan la participación del Estado. Esa idea de que el Estado no debe intervenir para corregir desigualdades; entonces, ridiculizarlo es una forma de quitar la obligación.

Javier Milei usa una motosierra como símbolo de recortes en el Estado, entre ellos repliegue en derechos humanos adquiridos

Estos programas también de género interpelan a algunas jerarquías que están arraigadas en estos sectores de la sociedad y, cuando un Estado activamente participa, por ejemplo, en la distribución de productos para la gestión mensual y lo que está diciendo es 'Bueno, esto es un problema público, no es un problema privado'. Sino que tiene que ver con los derechos a la salud, a la equidad; hay encuestas que muestran que muchas adolescentes dejan de ir a la escuela por no tener los recursos para hacerlo. Es un gasto enorme también, el caso de la salud menstrual.

Lo mismo pasa con la Educación Sexual Integral: este tipo de leyes -que no nos olvidemos que es una ley- que busca que las chicas y los chicos puedan comprender cuáles son sus derechos de salud y se derriben prejuicios. La ESI es una herramienta para transformar las desigualdades culturales, pero también concretas de información y acceso a determinadas opciones, como pueden ser los métodos anticonceptivos. No tiene que ver con una ideología, sino con una cuestión de derechos humanos e igualdad, eso no está en debate porque es parte de nuestra Constitución. 

¿Cómo refutarías la idea de que no existe la violencia de género en el plano laboral?

Nosotras nos especializamos en temas de violencia y prevención de violencia espacios laborales; estamos hace 14 años en esto y no es que solo existe, sino que está naturalizada. Por eso es muy difícil a veces detectarlo porque tenemos naturalizados los chistes y algunos temas de discriminación.

El 91% de las personas no cis género declararon que atravesaron por situaciones de violencia laboral

Realizamos una investigación en toda América Latina y se le preguntó a las personas si habían sido testigos de situaciones de violencia laboral: 8 de cada 10 dijeron que sí.  

Lo hicimos junto a MundoSur en el 2024 así que los datos son recientes. Cuando hablamos de violencia hablamos desde gritos, maltrato que puede suceder entre pares o con distintas jerarquías, chistes sexistas, que es difícil de detectar porque estamos acostumbrados a que comenten cuestiones corporales entre compañeras y compañeros, insinuaciones y llegando a despidos encubiertos.

Algunas de las frases que se registraron desde Grow respecto a la más naturalizada de las violencias, la simbólica

Claramente afecta a más a mujeres y a identidades que no son cisgénero, personas no binarias, personas trans. Ejemplos son comentarios como "estás demasiado emocional", "estás en tus días"; mucho de lo que aparece es que nos preguntan si pensamos ser madres en nuestras entrevistas laborales, algo así como un filtro de exclusión. Además, muchas empresas no tienen protocolo contra la violencia, entonces es muy difícil canalizar esas situaciones y que salgan a la luz porque no se sabe a quién reportarlo muchas veces.