El mundo del metal está de luto. Este martes 22 de julio se confirmó la muerte de Ozzy Osbourne, una de las figuras más icónicas e influyentes en la historia del heavy metal. El legendario líder de Black Sabbath falleció a los 76 años; su partida ocurrió apenas unas semanas después de su último recital, un emotivo cierre de su carrera en Villa Park, Birmingham, la ciudad que lo vio nacer y donde todo comenzó.
Nacido el 3 de diciembre de 1948 como John Michael Osbourne, Ozzy creció en Aston, un barrio obrero de Birmingham. Su infancia estuvo marcada por las dificultades económicas y el abandono temprano de la escuela a los 15 años. Antes de convertirse en el "Príncipe de las Tinieblas", trabajó como obrero, plomero y hasta en un matadero. Pero su vida cambió para siempre en 1963, cuando escuchó She Loves You de The Beatles: ese momento despertó en él una pasión irrefrenable por la música, un sueño que lo llevaría a conquistar el mundo.
Tras algunos tropiezos legales que lo llevaron a cumplir dos meses en prisión por robo, Ozzy encontró en la música una vía para redimirse. En 1967, junto al bajista Geezer Butler, formó Rare Breed, una banda que no tardó en disolverse, pero que fue el germen de algo mucho más grande. Poco después, junto a Butler, Tony Iommi y Bill Ward, nació Polka Tulk Blues Band, que más tarde se transformaría en Black Sabbath. Con su sonido oscuro y letras cargadas de misticismo, la banda revolucionó la historia de la música para siempre.
El álbum debut homónimo de Black Sabbath, lanzado en 1970, marcó el inicio de una nueva era para el heavy metal. Con éxitos como Paranoid, Iron Man y War Pigs, la banda se convirtió rápidamente en un fenómeno a nivel mundial.
Sin embargo, los excesos y las tensiones internas no tardaron en pasarle factura: el en '79, Ozzy fue expulsado de Black Sabbath por sus problemas de consumo problemático; es allí cuando se lanza como solista con álbumes como Blizzard of Ozz (1980) y éxitos como Crazy Train y Mr. Crowley.
A lo largo de su vida, Ozzy fue sinónimo polémicas pero también de resiliencia. Batalló públicamente contra sus demonios personales y en los últimos años de su vida enfrentó el diagnóstico más triste: Parkinson. Sin embargo, nada de esto lo detuvo. Sharon Osbourne, su inseparable compañera y esposa durante más de cuatro décadas, anunció que este sería el punto final para Ozzy.
El último adiós: un recital histórico e inolvidable
El 5 de julio de 2025 quedará grabado en la memoria colectiva como el día en que Ozzy Osbourne dijo adiós a los escenarios. Fue en Villa Park, Birmingham su ciudad natal, donde dio su último show con Black Sabbath al que llamaron Back to the Beginning. El evento reunió a la formación original de la banda por última vez y fue transmitido para todo el mundo vía streaming, permitiendo que el fandom mundial se despidiera del ícono del metal.
La noche estuvo cargada de emociones y contó con la participación de grandes figuras del rock y el metal, como Metallica, Guns N' Roses, Slayer y Pantera, entre otros. Incluso artistas como Billy Corgan, Tom Morello y Zakk Wylde se unieron para rendir tributo al hombre que inspiró sus carreras.
El legado oscuro de Ozzy Osbourne
El "Príncipe de las Tinieblas" deja una colección de anécdotas que parecen sacadas de una pesadilla. A continuación, BigBang recopila algunos de los episodios más extremos y perturbadores que marcaron la vida de este ícono del heavy metal.
- La cárcel y los tatuajes de la desesperación. Antes de ser famosísimo con Black Sabbath, Ozzy fue muy oscuro comienzo. Fue detenido por robo y, durante su tiempo tras las rejas, se enfrentó a una soledad tan aplastante que decidió tatuarse a sí mismo para no caer en la depresión. Con una aguja improvisada y tinta casera, se tatuó su apodo en los nudillos y dibujó caritas felices en sus rodillas como intento desesperado por mantenerse en la línea de la cordura.
- El murciélago decapitado. Una de las historias más escalofriantes que definieron a Ozzy sucedió en enero de 1982, durante un concierto en Iowa. En medio de la euforia del público, alguien lanzó un murciélago vivo al escenario. Sin detenerse a pensar, Ozzy lo tomó y, en un acto que dejó a todos helados, le arrancó la cabeza con los dientes. La sangre manchó su boca mientras el público observaba horrorizado. Aunque después aseguró que pensaba que era un juguete de goma, el daño estaba hecho. Fue trasladado de inmediato al hospital para recibir vacunas contra la rabia.
- Las palomas sin cabezas. Un año antes del incidente con el murciélago, Ozzy ya había protagonizado otro momento macabro. Durante una reunión con ejecutivos de CBS para firmar un contrato, llevó tres palomas blancas con la intención de soltarlas como símbolo de paz. Sin embargo, con algunas copas de más y frustrado por una discusión con una empleada, decidió hacer algo impensable: arrancó la cabeza de una de las palomitas con los dientes y escupió los restos sobre la mesa. No satisfecho con el impacto inicial, repitió el acto con otra.
- El suicidio que nunca fue. La oscuridad siempre acompañó a Ozzy, incluso desde su adolescencia. A los 14 años, atormentado por sus propios demonios, intentó quitarse la vida. Este episodio marcó el inicio de una lucha interna que lo llevaría a buscar refugio en el alcohol y las drogas.
- El robo surrealista y la persecución desnuda. En una ocasión, un ladrón tuvo la osadía de robarle un anillo a Sharon Osbourne, su esposa y compañera inseparable. Sin pensarlo dos veces, Ozzy salió corriendo detrás de él completamente ¡desnudo! Aunque no logró recuperar el anillo, la imagen del "Príncipe de las Tinieblas" persiguiendo a un ladrón en tarlipes quedó grabada para el resto de la historia.
- El odio al color verde. A lo largo de su carrera, Ozzy desarrolló una aversión irracional hacia el color verde. Tanto era su rechazo que exigía que cualquier elemento verde fuera eliminado de camarines y escenarios antes de sus shows.
- El escalofriante episodio con hormigas. La vida desenfrenada de Ozzy alcanzó niveles inimaginables cuando compartió momentos con Nikki Sixx, bajista de Mötley Crüe. En su autobiografía, Sixx relata un episodio donde Ozzy llevó el consumo de cocaína a un nivel grotesco: al ver un rastro de hormigas en el suelo, decidió aspirarlas junto con la coca. Como si esto no fuera suficiente, introdujo un billete de 100 dólares en su ano y comenzó a ofrecerlo a los presentes en señal de burla.
Ozzy Osbourne dejó este mundo pero sus anécdotas más oscuras permanecen como testimonio de una existencia que nunca conoció límites. El "Príncipe de las Tinieblas" descansa ahora en paz, pero su legado sigue vivo en cada riff desgarrador y en cada historia perturbadora que dejó tras de sí. ¡Que en paz (o en la oscuridad) descanse!