No en todos los rankings se pude ocupar el primero puesto, pero en este los argentinos son orgullosos punteros, tienen más mascotas por habitante que cualquier otro país del mundo. Superan a México, Rusia y estados Unidos, el 66% de las mascotas son perros, mientras que en Europa prefieren a los gatos.
Pero, para algunos las mascotas son mucho más que eso y se convirtieron en un perrhijo, un ser que ocupa un lugar central en tu vida, al que le prestás toda tu atención y no lo dejás ni a sol ni a sombra.
Estas características son muy habituales entre quienes no tienen hijos aún, o que no van a tenerlos. Mario Terrés, es mexicano y en 2013 creó la fanpage Perrhijos, que ya tiene más de 200.000 seguidores y en la que se comparten experiencias entre quienes aman profundamente a sus mascotas, que las consideran parte de su familia.
Y vos, ¿tenés un perrihijo?
Dormís en su cama:
No es que duermas con él en el piso, si no que tu mascota se adueñó de tu cama. Si tiene un buen día te deja dormir a su lado, pero si no usa prácticamente toda la cama y vos terminás hecha un bollo para no molestarlo.
Tiene más juguetes que los niños de la familia:
Pueden ser tus hijos, tus sobrinos o tus nietos, preferís comprarle un peluche a tu mascota que un libro a alguno de los pequeños que te rodean. Además sentís que los miles de juguetes no son suficientes, que está aburrido, sos capaz de disfrazarte de su juguete favorito para entretenerlo un rato.
Le ponés música para que se relaje:
Puede ser que ya sepas cuales son las canciones que le gustan más, o que simplemente no quieras que se sienta solo y sos capaz de todo. Dejarle la televisión encendida, la radio en Am para que escuche voces o que le armes su propia playlist en Spotify, todo puede ser.
No te vas de viaje sin él:
Siempre que pensás en tus vacaciones sea con tus amigas, o con tu novio, el primer pensamiento es que el lugar sea pet friendly. Si te dicen que no pueden ir tu asistencia está en duda gravemente, vas a poner una excusa y no vas a ir. Siempre es mejor quedarte en tu casa con tu perro lamiéndote la cara.
Le festejás el cumpleaños cada vez mejor:
El primer año le regalaste un hueso, el segundo invitaste a sus amigos de paseo y para el tercero ya habías comprado gorros y galletitas para él y todos los demás. Seguro que eso no la hacés ni por tu mamá.
No parás de hablar de él:
Te convertiste en una de esas mujeres que detestabas, que hablan todo el día de su hijo, pero vos lo hacés con tu mascota y en cualquier lugar, el restarurant, la casa de tus amigos, el súper, donde sea. Cualquier lugar es bueno para contar las cosas que hace tu perro y lo inteligente que es.
Casi todas fotos de tus redes sociales son de tu mascota:
Cada red social en la que participás es el canal ideal para contarle al mundo lo increíble que es tu perro, o gato o lo bien que se llevan con el resto de los animales o personas. También postéas qué come, cómo mueve la cola o de qué manera se alegra cuando llegás. ¡A todos les importa, obvio!