25 Septiembre de 2017 09:20
"Yo amo a Argentina", es la leyenda que se puede leer en la musculosa de la nena que aparece junto a Mauricio Macri. La foto es de 2007, ella tenía nueve años y su cara formó parte de la política de ese momento. Se trata de Melina, la nena que acompañó al por entonces aspirante a jefe de Gobierno porteño a un basurero del barrio Ramón Castillo en Villa Soldati.
Pasaron diez años, Macri hoy es presidente, pero el futuro de Melina no tuvo el mismo saldo. Nada cambió para ella. Vive en el mismo lugar, rodeada de las carencias y necesidades. La familia había imaginado que la suerte de la nena cambiaría tras la foto, pero eso no sucedió.
"Macri le dijo a Horacio Rodríguez Larreta que se encargara de la familia y de darle un departamento, nos hizo una promesa y las promesas son deudas”, reveló la mamá de Melina, Asunción Carballo al diario Perfil. Hoy la familia vive con 1800 pesos que recibe por parte del Gobierno porteño.
La foto de la campaña de Macri, diez años atrás.
Pese al reclamo, la madre reconoció que "el tío Macri", como lo llaman, fue quien le pagó en 2013 a Melina su cumpleaños de quince. En su momento, le escribieron al hoy presidente para contarle que no tenían forma de costear la fiesta.
Aunque no hubo una respuesta directa por parte del entonces jefe de Gobierno porteño, un puntero político se acercó y pagó todos los gastos. Fue una noche "especial e inolvidable", según recuerda la familia. Y, tal vez, ese fue el motivo por el que Melina eligió la boleta de Cambiemos cuando Macri anunció su candidatura presidencial. Era la primera vez que votaba.
Quién es Melina y cómo vive hoy
La joven es la hija de un matrimonio que hace veinte años atrás fundó un comedor comunitario en Soldati. Vive en una casa que el Estado les dio a sus padres en 1990, en donde antes funcionaba el Albergue Warnes. Allí, Melina comparte una habitación con sus tres hermanos y todos sus sobrinos.
La joven cursa quinto grado. Tiene 19 años.
Edgardo, su padre, fue quien la acompañó el día que Macri llegó al barrio para hacer campaña. El hombre murió dos años atrás y dejó casi sin ingresos a toda su familia.
La educación de Melina tampoco fue fácil. No pudo terminar la primaria. Después de repetir de grado tres veces, en la escuela del barrio le explicaron a la madre que por la edad debía comenzar a cursar en el turno de la noche. Fue unos meses, pero un violento episodio con sus compañeras la alejó de las aulas.
“La fajaron unas chicas del barrio, entonces decidí no mandarla más”, reveló la madre. Pero Melina no bajó los brazos y este año volvió a la escuela para cursar quinto grado.
