Una enredadera que se trepa por el muro compartido, una raíz que atraviesa el revoque o un árbol que se inclina hacia el lado equivocado. Lo que comienza como un detalle verde y ornamental puede terminar en un conflicto entre vecinos, e incluso, en un expediente judicial.
Según el equipo interdisciplinario de Arquitectos de Abogados, estos casos son más frecuentes de lo que parecen: "Todo empieza con una planta 'inofensiva' o una humedad que se disimula con pintura. Hasta que un día el daño se vuelve argumento, y el jardín se convierte en causa judicial", explican.
Qué dice la ley
El Código Civil y Comercial argentino, en sus artículos 1970 a 1973, establece que cada propietario debe mantener su vegetación y sus muros de manera que no causen perjuicio al lindero. Sin embargo, las normas no bastan si no se acompaña con responsabilidad y mantenimiento.
Desde Arquitectos de Abogados destacan que muchos de estos conflictos combinan causas naturales y negligencia humana: "El derecho, por sí solo, no alcanza si no hay responsabilidad concreta. Lo importante es diagnosticar el daño, identificar su causa y sostener la prueba técnica que define el límite real entre la naturaleza y la negligencia".
Un caso que lo ilustra
En un expediente reciente, una pared medianera cubierta de enredaderas terminó bajo pericia judicial por daños estructurales y filtraciones severas. El informe técnico determinó que la humedad provenía de raíces adheridas al muro, sumadas a deficiencias de mantenimiento del otro lado.
El dictamen pericial concluyó que la causa del deterioro era mixta, con responsabilidades compartidas entre los vecinos. "Esa palabra fue el punto de inflexión: el muro dejó de ser símbolo de división y pasó a representar una obligación común", resumieron desde el estudio.
La importancia de actuar a tiempo
El equipo de Arquitectos de Abogados intervino en el caso articulando un diagnóstico técnico con la estrategia legal. Propusieron una mediación preventiva, junto con medidas de preservación como el retiro controlado de la vegetación y la impermeabilización del muro.
El objetivo: evitar que el conflicto escalara a una nueva demanda judicial.
Para los especialistas, la clave está en la prevención: "En la ciudad, hasta la naturaleza necesita límites claros. Lo verde no siempre es inocente, y lo gris no siempre es culpable", reflexionan.
Un equilibrio entre lo natural y lo humano
El mensaje final de Arquitectos de Abogados apunta a la convivencia y la responsabilidad: "El muro más sólido no es el que se construye con cemento, sino el que se levanta con diálogo, mantenimiento y responsabilidad compartida".