A las 6:30 de la mañana, La Plata dejó de ser una ciudad. Por unas horas, fue un campo de batalla. Un edificio céntrico devorado por las llamas, explosiones que hicieron temblar las ventanas, vecinos que escapaban en pijama, colegios evacuados bajo un temporal de fuego y heladeras que caían como proyectiles desde un primer piso. La escena fue apocalíptica. No hubo víctimas fatales. Pero el miedo quedó grabado por decenas de cámaras de los curiosos que no le temieron al peligro. El incendio comenzó en un depósito de electrodomésticos ubicado en diagonal 77 y calle 48, a pocas cuadras de las facultades de la UNLP y del Museo de Ciencias Naturales.
La construcción, que funcionó hace más de una década como estación de servicio, luego como estacionamiento y finalmente como depósito, se convirtió en una trampa ardiente. Las primeras imágenes muestran una densa columna de humo negro envolviendo la ciudad. En las siguientes, caen heladeras y lavarropas desde el primer piso como si fueran cascotes. "Es un incendio en un inmueble que almacenaba electrodomésticos. Se inició en la madrugada. Tenemos evacuados a los vecinos porque la intensidad del incendio generó el derrumbe de la fachada", declaró Diego Pepe, secretario de Seguridad de La Plata, en diálogo con TN.
Lo que siguió fue una pesadilla: más de 50 familias evacuadas, 148 bomberos desplegados, seis manzanas cerradas al tránsito, y explosiones constantes provocadas por las garrafas de heladeras y artefactos eléctricos. "Está totalmente tomada la estructura. Cedió en partes considerables y va a seguir cediendo", explicó Fabián García, director de Defensa Civil bonaerense. El miedo se hizo carne. Juliana, una joven de 18 años que vive frente al edificio, no podía parar de llorar cuando salió corriendo de su residencia. "Nos despertaron a los gritos, fue medio caótico. Agarré el celular, una campera y los anteojos. No hubo mucho tiempo de reaccionar, tuvimos que salir todas corriendo a la calle", relató, con la voz todavía quebrada. "No podía parar de llorar, tenía mucho miedo de que pase a mayores".
La escena fue tan brutal como inusual: electrodomésticos ardiendo, autos quemados, columnas de hormigón que estallaban y humo tóxico que invadía cada rincón. Edwin, otro vecino, contó: "Me despertó el olor a plástico quemado. Se incrustó el olor adentro de mi casa. Pensé que se incendiaba mi edificio". Los bomberos trabajaron durante más de cuatro horas sin poder ingresar al interior del depósito, ya que la estructura estaba a punto de derrumbarse.
Optaron por un abordaje externo, evitando la propagación de las llamas a los edificios linderos. "No se pudo ingresar al depósito a trabajarlo adentro, sino que se trabajó preventivamente evitando la propagación. Van a seguir cayendo partes de la estructura", advirtió García. Las causas del incendio todavía se desconocen. El titular de Defensa Civil explicó que serán las pericias las que determinen qué lo originó, y si el inmueble contaba con habilitación para su uso actual.
Lo que sí se sabe es que el fuego se alimentó de materiales altamente inflamables ubicados en los pisos superiores, lo que provocó gases tóxicos y un humo negro denso que dificultó la visibilidad en varias cuadras a la redonda. Javier Alonso, ministro de Seguridad de la provincia, confirmó que aunque el fuego ya está circunscripto, podría reavivarse si ingresa oxígeno en ciertas zonas. "Una vez que termine la extinción, vamos a tener que ocuparnos del derrumbe del edificio, que puede generar cierto peligro entre los vecinos del edificio lindero", advirtió. Por eso, trabajan contra reloj para determinar si es seguro que los evacuados regresen a sus hogares.