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"Me dijo que mató al diablo": la estremecedora confesión de la madre que vio a su hijo volver con los ojos de la víctima en las manos

La mujer reveló detalles macabros del estremecedor homicidio que sacude a Misiones.

01 Agosto de 2025 10:52
El detenido permanece bajo arresto, imputado por "homicidio agravado".

La noche había caído sobre el barrio Tarumá, en San Vicente, como cualquier otra en esa porción selvática de la provincia de Misiones. Pero algo en el aire presagiaba el horror que estaba por ocurrir. Cuando Franco A. D. L., de apenas 19 años, cruzó el umbral de su casa esa noche, su madre supo que algo no estaba bien. En su mirada había oscuridad, y en sus manos, el espanto: sostenía los ojos arrancados de un hombre al que había asesinado minutos antes. "Llegó a casa con ambos ojos en la mano y dijo que mató al diablo", declaró ante la Justicia la mujer, con la voz quebrada por el miedo y la incredulidad. 

La escena, surrealista y escalofriante, marcó el punto de no retorno en una historia que ya nadie podrá olvidar. Horas antes, Luis Salvador Batista da Silva, un hombre de 48 años, había sido visto compartiendo unos tragos con el joven ahora detenido. Fue la última vez que alguien lo vio con vida. Dos días después, su cuerpo apareció entre las plantaciones de té y yerba mate, en un sector de malezas a la altura del kilómetro 5 de la Ruta Provincial N.º 13. Estaba semidesnudo, cubierto de barro, con cortes en la cara, el mentón y la boca, contusiones en la cabeza y, en un detalle que hiela la sangre, sin los globos oculares.

La escena fue descubierta por vecinos que alertaron a la Policía. Los peritos de la Unidad Regional VIII y de la División Científica trabajaron durante horas en el lugar. El informe preliminar reveló signos de tortura. La crueldad del crimen desconcertó incluso a los investigadores más experimentados. Pero fue la madre del acusado quien, según la información publicada por Primera Edición, le dio a este caso una dimensión aún más perturbadora. No solo confirmó que su hijo había regresado con los ojos de la víctima en las manos, sino que colaboró con las autoridades para que pudieran hallarlos en la vivienda familiar. 

Aunque no está claro por qué no denunció de inmediato lo ocurrido, los investigadores creen que pudo haber actuado bajo miedo o estado de shock. En su declaración, el joven repitió ante los efectivos una frase que ya había pronunciado en su casa: "Lo tenía que hacer porque era el diablo". No intentó negar el crimen ni ofrecer explicaciones racionales. Apenas esa sentencia irracional, cargada de un simbolismo aterrador. La investigación ahora gira en torno a varios interrogantes: ¿Qué tipo de relación unía al agresor con su víctima? ¿Fue una reacción impulsiva alimentada por delirio místico o parte de un brote psicótico? ¿Estaba bajo los efectos de alguna sustancia? 

Estaba semidesnudo, cubierto de barro, con cortes en el rostro, heridas profundas y sin los ojos.

Ambos eran vecinos y, según trascendió, se conocían desde hacía poco, posiblemente en el marco de algún trabajo compartido. El juez Gerardo Casco, a cargo del Juzgado de Instrucción N.º 3 de San Vicente, ordenó la autopsia del cuerpo y el análisis de los globos oculares secuestrados, mientras se sigue buscando la posible arma homicida. Por ahora, Franco A. D. L. permanece detenido en la comisaría local, acusado "homicidio agravado".