No es ningún pancho
24 Julio de 2025 09:13
Mientras el Gobierno de Javier Milei recorta presupuestos en salud, educación, ciencia, discapacidad y cultura, los beneficios siguen fluyendo generosamente hacia un grupo bien definido: familiares, amigos y operadores políticos del círculo presidencial. La última movida confirma que, lejos de erradicar "la casta", el oficialismo decidió replicar sus lógicas con eficacia. Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial Manuel Adorniy actual funcionario del Ministerio de Defensa, fue premiado con un nuevo empujón dentro del engranaje libertario: encabezará la lista de diputados por la Octava Sección Electoral en las elecciones del 7 de septiembre.
Y con eso, su entrada a la Legislatura bonaerense está asegurada. La decisión se tomó tras un sorpresivo cambio de último momento: quien iba primero en esa boleta era Juan Esteban Osaba, un dirigente de La Plata cercano a Sebastián Pareja -armador clave de LLA en la provincia-, que debió correrse para asumir la coordinación general de la campaña. Así, Francisco Adorni pasó de tercero a primero. El corrimiento, envuelto en justificaciones organizativas y promesas de "ganarle al kirchnerismo", es en realidad un síntoma más de la rosca interna que define candidaturas por parentesco, obediencia y conveniencia política.
El dato no es menor: Francisco Adorni venía de ser ascendido en junio a la presidencia del Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones Militares (IAFPRPM), un organismo clave que gestiona jubilaciones, pensiones, préstamos y fondos de inversión para el personal de las Fuerzas Armadas. Allí reemplazó a Bettina Surballe, quien fue enviada a la obra social militar en medio de una crisis financiera que acumula más de $160.000 millones de deuda. Francisco, contador de profesión, fue asesor y luego auditor interno del Ministerio de Defensa, desde donde su carrera pública creció en tiempo récord. Es decir, en menos de un año.
Este vertiginoso ascenso tiene poco que ver con concursos, antecedentes técnicos o experiencia en gestión previsional. Tiene, en cambio, nombre y apellido: Adorni. La cercanía con Karina Milei -la verdadera jefa de campaña del oficialismo- y la afinidad con el núcleo duro del poder libertario le permitieron al hermano del vocero escalar posiciones, primero dentro del Estado y ahora en las listas legislativas. La militancia anticasta, parece, termina donde empiezan los lazos de sangre. El trasfondo de la maniobra también revela la interna feroz que atraviesa a La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires.
Las tensiones entre Karina Milei y Santiago Caputo, sumadas al avance territorial de Sebastián Pareja, derivaron en un cierre de listas caótico donde prevalecieron los nombres del entorno presidencial. El cambio en la Octava Sección se dio casi sobre el filo del plazo legal, aprovechando el margen que permite el reglamento para corregir algunos "errores de carga". Pero más que un error, fue una jugada política: evitar que Francisco Adorni quedara relegado y garantizarle un lugar legislativo.
Mientras el gobierno nacional vocifera contra el gasto público y exige austeridad a jubilados, trabajadores estatales y beneficiarios sociales, dentro del propio Estado se crean nichos de poder a medida. La designación de Francisco Adorni en el IAF, su millonario salario (que ya superaba los 2,6 millones de pesos como asesor en febrero) y ahora su promoción como candidato legislativo dejan en evidencia una doble vara que es cada vez más difícil de disimular.
La situación del IAF no es menor: el organismo no solo paga más de 300.000 pensiones y retiros, sino que maneja inversiones millonarias, financia obras y otorga créditos personales e hipotecarios. Su rol es central en la estructura previsional de las Fuerzas Armadas y está hoy conducido por un funcionario que llegó al cargo sin más mérito que su proximidad con el poder. En paralelo, el sistema de salud militar (IOSFA) se desmorona, la constructora de viviendas Coviara está al borde del cierre por "deficitaria", y el Ministerio de Defensa opera con presupuesto congelado mientras suma cargos jerárquicos para los propios.
