En los últimos días, la China Suárez decidió alejarse de las redes sociales tras recibir una ola de críticas por su romance con Mauro Icardi y su vínculo con las hijas del futbolista. Mientras se prepara para mudarse a Turquía, donde el delantero retomará su carrera en el Galatasaray, la gran incógnita gira en torno a qué pasará con sus tres hijos: Rufina (fruto de su relación con Nicolás Cabré), y Magnolia y Amancio (hijos de Benjamín Vicuña)
Según informó TN, la actriz no necesitaría intervención legal para organizar la vida de sus hijos, ya que mantiene un buen vínculo con los padres de cada uno: "Ella se maneja directamente con ellos porque tienen buena relación", aseguraron desde su entorno legal.

Con Cabré, habría llegado a un acuerdo para que Rufina, de 11 años, permanezca en Argentina, continuando su rutina escolar y sus entrenamientos de hockey. La menor viajará a visitar a su madre durante las vacaciones, priorizando siempre su estabilidad emocional y educativa.
En el caso de Magnolia y Amancio, la actriz sí logró coordinar con Vicuña la posibilidad de que vivan junto a ella en Estambul. Con Nicolás, en cambio, pactaron visitas programadas: ya sea que Suárez viaje a Buenos Aires o que su hija vuele a Turquía, todo se hará dentro de períodos definidos, sin cambios improvisados ni decisiones repentinas.
En este contexto, el periodista Gustavo Méndez reveló una conversación reciente con la China, en la que negó cualquier conflicto con Cabré: "Me dijo 'Nico me banca a muerte y yo a él. Tenemos una relación re sana, tenemos tenencia compartida. Y hablamos siempre de todo'". Con esta frase, desmintió el rumor que indicaba que el actor buscaría la tenencia absoluta de Rufina. No obstante, también dejó en claro que no está en sus planes que la niña se mude a Turquía: su estabilidad y rutina actual son la prioridad.