En una publicación cargada de dolor y reproches, Marianela Mirra volvió a sacudir las redes sociales y el tablero mediático. La ex ganadora de Gran Hermano 2007 eligió una foto íntima y contundente -acostada en una camilla de hospital, abrazada por José Alperovich- para cerrar públicamente una historia que, hasta hace poco, había mantenido en la sombra. "Cuando amás incondicionalmente, cuando das todo por quienes amás, aunque la vida no siempre sea justa con vos y jamás seas prioridad. La gente usa mucho a la gente buena, de buenos sentimientos. Ojalá no conozcan el infierno. ¡No me debés nada! ¡Lo hice con amor, esto también!", había escrito.

Horas después de publicar esa imagen y aquel posteo, Mirra cambió el foco del mensaje y escribió una suerte de carta de despedida al ex gobernador de Tucumán, hoy condenado por abuso sexual. "Solo serví para los momentos de mierda, a eso hacía alusión la misma foto", arrancó su publicación en Instagram, un texto que funcionó tanto como cierre amoroso como acusación moral. "Quise acompañar a la persona que amo por años, pero nunca se destacó por su sinceridad", sentenció.
Mirra detalló que durante casi ocho meses visitó a Alperovich en el penal de forma regular, en silencio, sin buscar prensa ni reconocimiento. "La última vez que lo vi me dijo que no confiaba en mí, después de 18 años y 7, 8 meses visitándolo en el penal religiosamente, sin que nadie supiera realmente su vida, su medicación, si estaba bien o mal. Hasta acá llegué yo", escribió. Lo que para ella fue una muestra de amor incondicional, para él habría terminado en desconfianza.
Y esa fue, según Mirra, la gota que rebalsó el vaso.La relación entre Mirra y Alperovich salió a la luz hace apenas un mes, cuando ella denunció públicamente que estaba recibiendo amenazas por visitar al ex gobernador en prisión. En ese momento, oficializó el vínculo y dejó en claro que no se avergonzaba de acompañarlo en su peor momento, pese a las duras críticas que eso pudiera implicar. Sin embargo, el tono ahora es otro: amargo, desilusionado, final.
En un primer posteo —más críptico, publicado junto a la misma imagen— Mirra había hablado del amor incondicional, de cómo las personas de buenos sentimientos suelen ser utilizadas. "No me debés nada. Lo hice con amor, a esto también", escribió, como quien resigna una parte de sí sin esperar nada a cambio. Pero en las horas siguientes, y tras lo que interpretó como una lectura superficial del mensaje, redobló la apuesta. Reescribió el texto, aclaró el sentido de la imagen, y dejó en claro que el vínculo con Alperovich terminó. "Algún día sacaré un libro, de todas estas personas que se cruzaron en mi camino. Éxitos", concluyó.
Un cierre que suena más a advertencia que a despedida. La publicación generó revuelo inmediato. No sólo por el contenido íntimo y emocional, sino por la figura que involucra: José Alperovich, condenado por abuso sexual en una causa iniciada por su propia sobrina y con una imagen pública devastada. Que una figura como Mirra -que construyó su fama en la televisión pero se mantuvo alejada durante años- haya reaparecido con esta historia, solo suma más capas a un escándalo que mezcla poder, justicia, afecto y abandono. Mientras tanto, en su Instagram, la ex Gran Hermano ya dejó una promesa en el aire: contar todo en un libro.