Las cabinas de peaje dejarán de existir en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a partir de junio de 2026. Como parte de un plan permanente de innovación de la empresa Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA), que tiene al Gobierno porteño como accionista mayor, la totalidad de la traza que administran contará con el sistema free flow que ya funciona en algunos tramos desde 2019, con cobros a través del TelePASE. Un acuerdo con el Sindicato Empleados de Comercio (SEC) garantizará la transformación de los puestos de trabajo.
Que los vehículos dejen de tener que frenarse en barreras es positivo en muchos sentidos evidentes, como la menor cantidad de accidentes de tránsito, el ahorro de tiempo y hasta el beneficio para el ecosistema. Se calculan que para un usuario cotidiano o frecuente, en un año se pierden 36 horas. A la hora de la reducción de emisiones de monóxido de carbono, las estimaciones de la empresa la calcularon en 540 árboles.
Para un usuario cotidiano o frecuente, en un año se pierden 36 horas en los peajes
El sistema free flow está compuesto por un complejo entramado de cámaras y radares que permiten un diagnóstico de tráfico completo que confecciona casi en su totalidad los cobros a través del TelePASE, y una planta de 23 verificadores que validan entre 30 mil y 40 mil casos diarios. Un número proporcional a los más de 830.000 vehículos que cruzan los peajes porteños cada jornada.
En la CABA hay 14 pórticos y dos en construcción que garantizan el funcionamiento del free flow y los cobros a través del TelePASE, el sistema de pago electrónico que debutó en 1995 también a través de la gestión de AUSA. Hoy el cobro a través de ese método es del 97%, aunque el número creció con brutalidad a partir de la pandemia de COVID y la dificultad para el pago en efectivo, que ya dejará de existir totalmente en marzo de 2026.
El máximo de cabinas de peaje que llegó a registrar AUSA fue de 118, entre 2010 y 2014. Un número que está muy lejos de las 12 que únicas que existen en este momento en la autopista Dellepiane. En aquel entonces había 600 empleados de cobro, que fueron transformados a otros cargos en la empresa a partir de un acuerdo firmado con el SEC en 2017, al igual que los 80 que existían en la planta conocida como Illia. La transformación de los espacios también tendrá su lugar en estos cambios. En los pulmones de carriles que se abrían antes en las zonas de las cabinas de peaje, para aminorar la interrupción del tránsito, se montarán estaciones de servicio.
La gestión de AUSA tiene un estatuto que le demanda reinvertir el 60% de su recaudación en obras para la CABA y el otro 40% en el mantenimiento de las autopistas que administra y los sueldos de los empleados. "El balance anual tiene que dar cero", explicó el gerente de IT peaje & ITS en AUSA, Alejandro Molina, en el marco de una presentación en la que estuvo BigBang.
El ejecutivo fue el encargado de explicar los beneficios que implican que a partir de 2026 la totalidad de la traza de AUSA esté bajo el sistema free flow. "Un pórtico de estos gasta el 20% de energía de lo que gasta una vía convencional", señaló, en el sentido de la recuperación de recursos que implica para una firma que invierte todo lo que recauda y que toda pérdida implica menos obras a futuro.
En los últimos años AUSA reflejó que la constante innovación tecnológica está en sus objetivos siempre y la circulación libre de peajes es una demostración de esto. Aunque el futuro prepara nuevos desafíos para 2027, ya que desde la empresa reconocieron a BigBang que entre sus nuevos objetivos está el de implementar el smart flow, un sistema para "dotar a la autopista de inteligencia artificial", que funcione con GPS para distribuir el cobro de acuerdo a los kilómetros utilizados por cada usuario. Aunque, por el momento, es un plan que sólo existe en el plano de las ideas.