El pasado jueves 30 de octubre, BigBang estuvo presente en el primer seminario de periodismo en salud impulsado por MSD, donde los doctores Diego Koen y Carlos Presman destacaron cómo el aumento de la esperanza de vida convive con una caída acelerada de la natalidad en el país, lo que abre desafíos para el sistema sanitario, social y demográfico.
Los especialistas se centraron en una transformación demográfica que ya no resulta futurista sino presente en el país, donde se viven más años, pero nacen menos hijos: "Cada vez hay menos nacimientos y los mayores viven más. Eso es una revolución demográfica", sostuvo el doctor Carlos Presman, médico clínico y gerontólogo, quien explicó que "envejecer no equivale a enfermar: dos tercios de las personas mayores de 65 años no tienen ninguna patología".
Por su parte Koen, oncólogo clínico, apuntó a la relación entre mayores expectativas de vida y desafíos crónicos: "Vivir más tiempo es un éxito de la ciencia, pero también implica nuevas responsabilidades".
Según datos oficiales, la expectativa de vida al nacer alcanzó los 77 años para la población general en 2023, un aumento sostenido respecto de las décadas anteriores. Este logro se produce en un contexto de mejorías sanitarias, acceso más amplio a tratamientos y un descenso de la mortalidad infantil. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, entre 2000 y 2021 la mortalidad infantil en Argentina pasó de 16,6 a 8 por mil nacidos vivos. Para Presman, el envejecimiento activo es una de las claves del bienestar: "El acceso al agua potable, una alimentación equilibrada, la actividad física regular y los vínculos sociales son factores determinantes para un buen envejecimiento".
Pero mientras la población vive más años, la natalidad cae con fuerza. La tasa bruta de natalidad para 2023 fue de 11,06 ‰ (nacimientos por cada mil habitantes), y la tasa global de fecundidad descendió a alrededor de 1,4 hijos por mujer en 2022, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional. Estudios académicos advierten que la natalidad se redujo más de un 40 % en menos de una década, y que el 57 % de los hogares ya no tiene menores de edad. En este escenario, Koen advirtió: "Una población que vive más y que tiene menos niños requiere una visión distinta: no sólo tratamientos, sino políticas que piensen la estructura poblacional".
Los especialistas coincidieron en que este doble movimiento tiene múltiples causas. Entre los factores vinculados al desarrollo destacan una mayor educación, la participación laboral de las mujeres, la urbanización y los cambios en los patrones de vida, que tienden a postergar o reducir la reproducción. A eso se suman las condiciones económicas y sociales. "La inestabilidad económica, los costos de crianza y la incertidumbre son elementos que pesan a la hora de decidir tener hijos", remarcó Presman. Por su parte, Koen agregó que los logros en salud, que permiten vivir más años, "implican un mantenimiento de redes asistenciales y políticas activas para los adultos mayores".
Este cambio demográfico plantea desafíos y oportunidades para el país. Un mayor número de personas mayores implica más demanda de atención crónica, medicina preventiva, rehabilitación y redes de cuidados. En paralelo, la baja natalidad pone en tensión la estructura económica y social: menos jóvenes implican una futura menor fuerza laboral y una pirámide poblacional invertida, lo que compromete programas de jubilación, pensiones y seguridad social. "Vivimos un cambio que va más allá de la salud individual: es demográfico, social y político", advirtió Presman, mientras Koen subrayó que "la vida prolongada no será un éxito si no viene acompañada de bienestar y de un proyecto de sociedad".
El mensaje final del primer seminario de periodismo en salud impulsado por MSD fue claro: celebrar que los y las argentinas vivan más, pero sin ignorar que nacen muchos menos. Los especialistas coincidieron en que el desafío es adaptar los sistemas de salud, educación y trabajo a esta nueva realidad. Porque cuando vivir más años se convierte en algo común, el verdadero reto pasa por las condiciones de vidas y las políticas de un estado ausente.