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Flor de editor

Murió Daniel Divinsky, el editor que le puso libro a Mafalda y corazón a la cultura argentina

Con 83 años, hizo del oficio un acto político y del libro, una herramienta de libertad.

01 Agosto de 2025 12:04
Daniel Divinsky falleció a los 83 años

A los 83 años, murió Daniel Divinsky, figura clave en la historia editorial argentina y artífice de una de las aventuras culturales más valientes y perdurables del país: Ediciones de la Flor. La causa fue un agravamiento de los problemas renales que arrastraba desde la infancia. Con él se va mucho más que un editor: se apaga una voz que acompañó, defendió y multiplicó las voces de otros, incluso en los tiempos más oscuros. 

Daniel Divinsky falleció a los 83 años

Abogado de formación, ingresó a la universidad con apenas 15 años. Se recibió con honores, pero fue el amor por los libros el que terminó marcando su destino. En 1967, junto a Jorge Álvarez, dio forma a una editorial que nació con vocación literaria y se convirtió pronto en una trinchera de libertad. "Ustedes quieren una flor de editorial", dijo alguna vez Pirí Lugones. Y así nació De la Flor, ese sello que sería sinónimo de humor, crítica, belleza y resistencia.

Daniel Divinsky falleció a los 83 años

En 1970, junto con Ana María "Kuki" Miler, su socia y luego pareja, publicó por primera vez Mafalda como libro. Fue una decisión editorial y cultural que lo marcaría para siempre. Quino ya era conocido por su personaje, pero fue Divinsky quien lo transformó en fenómeno editorial: "Con Mafalda hacíamos tiradas iniciales de doscientos mil. Y se vendían", solía contar, con la mezcla justa de orgullo y asombro.

Pero su apuesta fue mucho más allá de esa niña contestataria de clase media. Supo abrirle las puertas a los grandes humoristas gráficos del país: Fontanarrosa, Caloi, Liniers, Sendra, Maitena.... Muchos de ellos publicaron sus primeros libros en De la Flor. Fue, también, un editor de ideas: publicó a Rodolfo Walsh, a Fogwill, a Ambrose Bierce traducido por Rodolfo Walsh, a Flaubert bajo la mirada de Alberto Ciria. Su catálogo, de más de 600 títulos, es un retrato de la inteligencia argentina en papel.

Durante la última dictadura, fue detenido junto a su esposa y su pequeño hijo. El motivo: la publicación de Cinco dedos, un libro infantil cuya tapa -una mano abierta con un dedo pintado de verde- fue interpretada como apología de la subversión. Pasó cuatro meses preso y luego se exilió en Venezuela, donde trabajó con Ángel Rama en la Biblioteca Ayacucho. Fue, como tantos otros, un editor al que la dictadura silenció, reprimió, pero nunca quebró.

Daniel Divinsky falleció a los 83 años

Volvió en 1983 con el regreso de la democracia y relanzó De la Flor con otro acto de audacia: publicó Los Pichiciegos, de Rodolfo Fogwill. Desde entonces, siguió trabajando incansablemente como editor, periodista, conferencista y dirigente cultural. Fue parte de la Cámara Argentina del Libro durante dos décadas y escribió en medios como Página/12 y El Diario de Caracas. En 2015 vendió su parte de la editorial y se retiró. Pero nunca dejó de ser una referencia. Porque Divinsky no solo publicó libros: publicó formas de pensar, de reírse, de resistir, de contar el mundo. Fue parte de una generación que creyó en la palabra como herramienta de transformación.

Hoy, mientras la cultura vuelve a ser atacada y el pensamiento crítico cuestionado por algunos extractos del poder de turno, su figura cobra una dimensión todavía más profunda. Daniel Divinsky fue un editor en el sentido más noble del término: alguien que hizo del oficio un acto político, y del libro, una herramienta de libertad. Su legado vive en cada página que ayudó a nacer. Y como dijo alguna vez sobre Mafalda, lo que vale no es solo lo que se vende, sino lo que permanece.