12 Julio de 2016 06:20

El mundo está loco, loquísimo, y enfrenta a situaciones muy dispares. Por un lado están quienes buscan la paz y el amor entre los seres humanos, y por otro, los grupos que profundizan el racismo, la separación, y están en contra de todo.
¿Somos los humanos la única raza que se auto destruye? Probablemente, pero éstas mujeres nos hacen reflexionar sobre el papel que debemos desempeñar. ¿Quíenes son?
Tess Asplund:
Tess Asplund y la foto que recorrió el mundo.
El pasado domingo primero de mayo, en Borlänge, Suecia, seguidores de la organización neonazi Movimiento de Resistencia Nórdica (NRM) se habían concentrado en las calles de la ciudad para conmemorar la fecha. Tess Asplund, activista de 42 años, se les enfrentó con una única arma: su puño en alto.
Tess en plena calle.
Esta imágen dio la vuelta al mundo y ha convertido a María Teresa Asplund en el nuevo símbolo contra el racismo en su país. Con la cabeza rapada, la cartera colgada y el puño firme, Tess quiso expresar su repulsión frente al creciente radicalismo en Suecia.
El poder femenino.
Lo que Asplund no imaginó es lo que iba a pasar cuando David Lagerlöf subiera la foto a sus redes sociales. Con 26 años como activista y miembro de la organización contra el racismo Dalarna, Tess le contó a The Guardian: "Fue un impulso, estaba enojada. Cuando pasaron caminando simplemente sentí que no deberían estar ahí y salí a la calle".
Más allá de los halagos que Asplund ha recibido, confiesa estar temerosa y en shock: "los nazis están muy enojados, así que ahora pienso que quizá no tendría que haberlo hecho; solo quiero paz y tranquilidad".
Zakia Blekhiri:
Zakia, retratada por Jurgen Augusteyns.
El pasado Ssábado 14 de abril, en Antwerp, Bélgica, 40 miembros del partido de extrema derecha Vlaams Belang (VB), se manifestaron fuera de la Muslim Expo, un feria que expone la cultura y el estilo de vida de quienes profesan la religión musulmana.
Zakia, en plena selfie.
Con carteles que rezan, "fuera el pañuelo", "stop al Islam" intentaron incomodar a quienes asistieron a la muestra, pero Zakia Belkhiri tenía un arma: su celular con cámara frontal.
Con sólo 22 años, la valiente Zakia comenzó a sacarse selfies delante de los manifestantes, con la cabeza cubierta y una sonrisa enorme. Enfrentó la situación de una manera creativa y pacífica.
Belkhiri con los manifestantes.
El fotógrafo Jurgen Augusteyns retrató el evento y logró que la lucha de Belkhiri se hiciera visible a nivel mundial. "Al principio resultó una situación extraña, luego se convirtió en algo gracioso. Ella logró que quienes protestaban fueran los que se sintieran incómodos. Ella se rió y les dijo que deberían aprender de verdad lo que significa el Islam, en vez de decir tonterías".
Zakia y Jurgen.
Nikita Azad:
Nikita Azad: "feliz de sangrar".
A principios de abril en Kerala, India, el sacerdote Prayar Gopalakrishnan, del templo de Sabarimala, informó que las mujeres no podrían ingresar a los templos hasta que no se inventase una máquina capaz de detectar si son "puras", o si no están menstruando.
La campaña de Nikita Azad.
Nikita Azad, con su computadora como arma principal, generó una campaña en Facebook: "Feliz de sangrar", e instó a todas las mujeres a postear fotos con ésta frase y demostrar que no son ciudadanas de segunda cuando tienen su ciclo natural.
"Happy to bleed", junto a la copa que reemplaza a las toallas higiénicas.
Azad, universitaria y una luchadora incansable de los derechos de las mujeres, argumentó que su protesta no es en contra de una religión en particular, sino contra "las prácticas discriminatorias y patriarcales que prevalecen en nuestra sociedad".
Happy to bleed se extendió por todo India.
Las respuestas no se hicieron esperar: "Sí, mi vagina esconde un fluído rojo y espeso llamado sangre. ¿Eso me hace impura?, preguntaba Divya Kandukuri. "Estamos felices por sangrar porque no somos ciudadanas de segunda. Merecemos la dignidad que el mundo nos debe", escribió Diksha Kale en su cuenta.
Felices de ser quienes son.
La campaña logró que la prohibición pasara a la órbita judicial, luego de que la Asociación de Jóvenes Abogados presentara un recurso ante la Corte Suprema reclamándole una explicación a las autoridades religiosas.