La violencia machista sigue cobrando vidas en Argentina, y los números son escalofriantes. Según el último informe del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, entre el 1 de enero y el 29 de septiembre de este año, se registraron 178 femicidios, una cifra que debería estremecer a toda la sociedad.
Una mujer es asesinada cada 36 horas, y detrás de estos números hay historias truncadas, familias devastadas y una sensación de abandono que cala hondo. En este contexto, El triple femicidio de Brenda Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) en Florencio Varela es solo uno de los casos más recientes que angustian al país.
Estas jóvenes, como tantas otras, fueron víctimas no solo de la violencia extrema, sino también de un sistema que las dejó desprotegidas. El Observatorio advierte: "La falta de oportunidades y de políticas públicas que protejan a lxs jóvenes vuelve a exponerlas a las formas más extremas de violencia". Según datos del INDEC, 1 de cada 5 mujeres jóvenes busca empleo y no lo consigue, lo que las empuja a situaciones de mayor vulnerabilidad.
Pero la tragedia no termina allí. 149 niños y niñas quedaron sin sus madres en lo que va del año, un número que refleja las consecuencias devastadoras de cada femicidio. La realidad es que las políticas públicas en el gobierno de Javier Milei parecen ausentes en este escenario desolador.
El Observatorio denuncia que "el Gobierno Nacional eliminó y desfinanció programas de prevención, mientras promueve discursos de odio, negacionistas y misóginos, que alimentan la violencia patriarcal". Esos discursos no son inocuos; más bien son parte de un entramado que perpetúa la violencia.
Los datos son una muestra irrefutable de la magnitud del problema: 287 intentos de femicidio en lo que va del año, y solo el 15% de las víctimas había denunciado previamente a su agresor. Este porcentaje pone en evidencia el miedo, la desconfianza y la falta de herramientas para enfrentar una realidad que muchas saben que puede costarles la vida. Además, 14 femicidas pertenecían a fuerzas de seguridad, un dato alarmante que cuestiona profundamente las instituciones policiales manejadas ahora por la ministr ade Seguridad Patricia Bullrich.
El Observatorio también señala otro aspecto desgarrador: en los últimos 10 años desde el surgimiento del movimiento #NiUnaMenos, el 23% de las jóvenes asesinadas había desaparecido previamente y el 21% sufrió ataques sexuales antes del femicidio.
En su análisis, el Observatorio destaca un fenómeno preocupante: "En lo que va de 2025 se registraron al menos 12 femicidios en contextos de narcocriminalidad", entre ellos los casos de Brenda, Morena y Lara. Las mujeres, travestis y trans son empujadxs a la precarización y a las economías ilegales, donde sus cuerpos se convierten en territorios de guerra.
Pero lo más indignante es cómo estos casos son tratados por los medios: "La mayoría los invisibiliza o los cubre con estigmatización y revictimización, reforzando la idea de que existen 'buenas y malas víctimas'".
Esta categorización cruel e injusta es repudiada por el Observatorio: "No hay víctimas buenas ni malas. No importa dónde estaban, cómo se vestían o qué hacían: todas las vidas importan". La aplicación efectiva de la Ley Micaela en los medios es una deuda pendiente que podría marcar una diferencia significativa.