Una vez más, los estudiantes de medicina enfrentan una crisis que pone en jaque su esfuerzo y dedicación. El reciente anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni sobre la reprogramación del examen de residencias médicas desató una ola de indignación en el sector que viene siendo duramente golpeado por la desfinanciación del gobierno de Javier Milei.
La decisión, basada en supuestas irregularidades detectadas por el Ministerio de Salud, afecta directamente a 268 médicos que deberán rendir nuevamente la prueba, esta vez de manera oral. ¿Es esta medida un acto de justicia o una muestra de arbitrariedad?
Sobre esto, Adorni intentó justificar la medida durante su programa de streaming en YouTube, afirmando que busca "hacer justicia con aquellos que efectivamente actuaron de buena fe".
Sin embargo, sus declaraciones generan más preguntas que respuestas: "Un estudiante hace un par de días se había sacado 45 en el examen del Hospital Británico y, en el examen de nivel nacional, logró un 95. La diferencia es notoria y eso amerita que uno le llame la atención", señaló el vocero en un tono que parece más acusatorio y punitivista que esclarecedor.
El argumento oficial se sustenta en un análisis técnico que detectó "un patrón de desempeño anómalo con resultados inusuales". Adorni mencionó que los puntajes superiores a 85, especialmente de estudiantes provenientes de universidades extranjeras, levantaron sospechas.
La situación es aún más preocupante si se considera el perfil de los afectados. Entre los 268 postulantes obligados a repetir el examen se encuentran numerosos médicos provenientes de países como Ecuador, Colombia, Bolivia y Venezuela, quienes enfrentan un doble desafío: demostrar su competencia profesional mientras lidian con prejuicios y trabas burocráticas.
Este grupo ha sido señalado por Adorni como parte del supuesto "desempeño anómalo", lo que deja entrever sin muchos rodeos una mirada discriminatoria hacia quienes no forman parte del circuito educativo tradicional argentino. Es por eso que la bronca entre los afectados no se hizo esperar.
Para muchos, la decisión de rendir el examen nuevamente bajo una modalidad oral no garantiza imparcialidad, sino que abre la puerta a evaluaciones subjetivas: "Va a estar la posibilidad de que den el examen de forma oral para que, quien tome el examen, se dé cuenta rápidamente el que lo hizo de buena fe", explicó Adorni intentando calmar las aguas.
Además, la suspensión del orden de mérito vigente y la falta de claridad sobre los criterios para determinar quién actuó "de buena fe" han generado una sensación de desprotección entre los postulantes. Si bien Adorni aseguró que "se les va a respetar la nota original" a quienes prueben su honestidad, los detalles sobre cómo se llevará a cabo este proceso siguen siendo difusos.
La situación se agrava aún más al considerar el contexto laboral de los médicos residentes. En medio de discusiones sobre salarios y condiciones de trabajo, esta medida parece ser un golpe adicional para un sector ya precarizado. Como señaló el periodista Fabián Waldman -a quien Adorni nombró en su stream- en redes sociales, esto podría interpretarse como una "nueva andanada contra los residentes cuando está en discusión su salario y condiciones de trabajo".
El lunes 28 de julio se espera la publicación del cronograma oficial en el Boletín Oficial. Mientras tanto, los y las afectadas de la comunidad médica están nuevamente en estado de alerta. Lo que debería ser un proceso transparente y justo se convirtió en un nuevo foco de tensión y desconfianza ante el gobierno de Javier Milei.