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Deuda para pagar deuda

Caputo vuelve a los mercados: nuevo endeudamiento en dólares mientras la recaudación se desploma y la economía no repunta

El Gobierno nacional emitirá mañana un título en dólares y con lo obtenido servirá parte del vencimiento de US$ 4.500 millones que debe afrontar en enero.

09 Diciembre de 2025 10:41
Luis Caputo

En un contexto de recaudación en caída libre, actividad económica en retroceso y presión creciente sobre las cuentas públicas, el Gobierno nacional decidió volver a endeudarse en dólares. Este miércoles lanzará el BONAR 2029N, un título bajo legislación local, al 6,5% anual y con vencimiento en noviembre de 2029, es decir, ya entrado un eventual segundo mandato presidencial. La operación, celebrada por el oficialismo como un "regreso" al mercado voluntario de deuda tras ocho años, aparece más bien como un intento urgente por cubrir vencimientos sin tocar unas reservas que siguen en tensión.

Luis Caputo

El ministro de Economía, Luis Caputo, busca obtener dólares frescos para pagar una parte del pesado vencimiento de U$S 4.500 millones que enfrenta en enero. Según informó el propio Gobierno, se aplicarán unos U$S 1.187 millones a cancelar bonos AL30 y AL29, en una ingeniería financiera que permite evitar compras en el mercado cambiario local y, por ende, eventuales presiones sobre el tipo de cambio. Pero la jugada también responde a otro actor clave: el FMI, que exige acumulación de reservas y "orden fiscal", aunque el costo sea profundizar la dependencia financiera.

La decisión de volver a endeudarse se produce en simultáneo con un dato inquietante: noviembre cerró con un déficit financiero de medio billón de pesos, en lo que fue el sexto mes del año con saldo negativo. Aunque el Gobierno exhibe un superávit primario devengado de $1,2 billón, el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) revela una tendencia alarmante: la recaudación cae más rápido que el gasto, debilitando los cimientos del equilibrio fiscal. 

 Scott Bessent y Kristalina Georgieva con Luis Caputo

En los últimos doce meses, los ingresos totales se desplomaron 13,4% en términos reales, golpeados por:

  • La eliminación de impuestos, como el PAIS sobre la compra de divisas.
  • La suspensión del cobro de retenciones en octubre.
  • Pero sobre todo, la recesión, que achica la base imponible y reduce la recaudación de IVA, Ganancias y tributos al comercio exterior.
  • Las cifras de noviembre hablan por sí solas:
  • IVA: -6% real
  • Ganancias: -13%
  • Comercio Exterior: -35,9%, afectado por el adelantamiento de liquidaciones durante la suspensión de retenciones de septiembre.

Mientras tanto, algunos gastos crecieron -como jubilaciones y pensiones, con un alza real del 3,1%-, pero otros se desploman, en especial los subsidios económicos, que tuvieron una caída interanual del 6% y acumulan un derrumbe del 41,4% en once meses. Además del endeudamiento en dólares, esta semana el ministro deberá enfrentar otro desafío: refinanciar la deuda en pesos por más de 40 billones. En la última licitación el Gobierno tuvo que subir la tasa para lograr el rollover y todo indica que volverá a hacerlo, porque la inflación persistente obliga a convalidar rendimientos más altos para evitar que los pesos queden sueltos en la plaza financiera.

Paradójicamente, este mecanismo choca con la narrativa de Javier Milei, que insiste en que la emisión es la madre de todos los males inflacionarios. Sin embargo, el Tesoro deberá seguir tomando pesos -y pagando más intereses- para sostener su propio programa financiero. La emisión del BONAR 2029N es presentada por el Gobierno como un paso hacia la "normalización" del acceso al crédito internacional. Sin embargo, lejos de mostrar robustez económica, la operación expone las dificultades crecientes del modelo: recaudación a la baja; actividad económica estancada o en retroceso; déficits financieros recurrentes y la necesidad de endeudarse para pagar deuda.

Luis Caputo y Javier Milei

Sin mencionar, claro está, la presión del FMI que no cede. En ese marco, el "regreso" a los mercados parece menos un logro que una necesidad desesperada. El Gobierno sostiene que no afectará las reservas del BCRA, pero lo cierto es que Argentina vuelve a atarse a deuda en dólares a corto plazo, a una tasa elevada, y en un contexto económico que está lejos de ofrecer señales de recuperación sustentable.