En un acto de cierre de campaña que tuvo tintes agresivos y violentos contra el peronismo en general pero con el kirchnerismo en particular, el presidente Javier Milei se presentó en La Plata para dar el knock out final de cara a las elecciones bonaerenses del próximo 7 de septiembre.
Rodeado por sus candidatos legislativos y envuelto en un clima de fervor libertario, el Jefe de Estado dejó claro que su objetivo principal no es solo vencer al kirchnerismo en las urnas, sino también erradicarlo del imaginario político nacional. Y lo hizo con un discurso cargado de insultos, metáforas extremas y una retórica que rozó lo teatral.
Otra vez, no hubo espacio para sutilezas ni corrección política. Milei, quien aseguró que había intentado moderar su lenguaje, no tardó en desatar una lluvia de descalificaciones contra la oposición: "El kirchnerismo es peor que el narcotraficante", lanzó sin titubeos, mientras la multitud coreaba la consigna "Kirchnerismo Nunca Más", apropiada de los organismos de derechos humanos que históricamente han luchado por la Memoria, la Verdad y la Justicia tras el crimen de más de 30.000 personas detenidas-desaparecidas en la última dictadura militar.
El presidente justificó su agresividad verbal argumentando que escuchar a sus seguidores insultar a los opositores le ayudó a superar lo que él mismo denominó como "síndrome de abstinencia": "Si estaba con síndrome de abstinencia, escucharlos me los sacó", confesó entre risas y aplausos de sus militantes.
Entre los blancos predilectos de Milei estuvo el gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien calificó como un "comunista enano". Sin embargo, Milei no se quedó ahí. En su análisis sobre la situación en la provincia de Buenos Aires, afirmó que esta se ha convertido en un "baño de sangre": "Con esta dejadez y este descuido, obtuvimos una provincia bañada en sangre, convirtiendo el día a día de los bonaerenses en un suplicio de inseguridad y paranoia", aseguró ya muy fuera de sus cabales.
Para reforzar su argumento, el mandatario comparó las tasas de homicidios entre La Matanza y Rosario, asegurando que la primera tiene una cifra "casi seis veces más alta". "Esto es el kirchnerismo, es peor que el narcotraficante", reiteró, dejando claro que su estrategia discursiva sigue la misma línea violenta.
En otro momento del discurso, Milei pidió no insultar a los votantes del kirchnerismo, aunque la solicitud vino acompañada de una peculiar explicación. Según el presidente, estas personas tienen "ideas inculcadas" que funcionan como "parásitos mentales". "Tratemos de sacarles los parásitos", instó, dejando entrever su visión casi mesiánica de la política como una misión para liberar a los ciudadanos de lo que él considera una ideología dañina.
El acto también incluyó agradecimientos a los candidatos legislativos y a figuras clave dentro de La Libertad Avanza. Milei destacó el trabajo del armador político Sebastián Pareja y dedicó palabras especiales a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei: "Ellos son los encargados de portar la antorcha de la libertad aquí en la Provincia", afirmó con tono solemne y un poco más calmado.
La jornada dejó en claro que Javier Milei no tiene intenciones de moderar su estilo ni sus formas. Cada insulto y cada provocación parecen ser parte de una estrategia calculada para galvanizar a su base electoral y mantener viva la narrativa del enfrentamiento total contra el kirchnerismo. En definitiva, el cierre de campaña fue un fiel reflejo del estilo del presidente de las fuerzas del cielo: polémico, incendiario y sin concesiones.