El Gobierno Nacional instaló este lunes una imagen de "éxito rotundo" para el fin de semana largo, con el presidente Javier Milei asegurando que fue "el más exitoso de la historia" y con sus funcionarios multiplicando cifras de ocupación "a pleno". La escena, cuidadosamente amplificada desde Casa Rosada, buscó construir un relato de recuperación económica que contrasta de manera brutal con la realidad profunda del turismo: cierres de hoteles, pérdida diaria de empleos, ocupación volátil y un sector asfixiado por los costos y la caída del poder adquisitivo.
El secretario de Turismo y Ambiente, Daniel Scioli, fue el principal vocero del optimismo oficial. Desde Pinamar, publicó: "En Pinamar, junto al intendente Juan Ibarguren, acompañamos el gran movimiento turístico que vive la ciudad este fin de semana largo, con playas y espacios colmados de gente". Scioli sostuvo que Pinamar tuvo una ocupación del 94% y Cariló del 98%, y aseguró que "el éxito" de estos días "confirma" que la ciudad "se consolida como uno de los destinos más elegidos" rumbo a "una excelente temporada de verano". El ex embajador también reivindicó el resultado electoral que llevó a Milei al Gobierno.
Sin ir más lejos, escribió: "Coincidimos en que el rumbo elegido por los argentinos en las últimas elecciones ha sido clave para generar un clima de previsibilidad, que hoy se refleja en el crecimiento del turismo y la actividad económica, con el liderazgo del Presidente @JMilei". El presidente no se quedó atrás. Desde sus redes sociales se sumó al festejo: "Confirmado. Este fin de semana largo del 20/11 es el más exitoso de su historia. Sólo en Mar del Plata los arribos totales provisorios muestran un 38% más que en 2024... Récord absoluto". A este coro se sumó el secretario de Comunicación, Javier Lanari, afirmando que los principales destinos tuvieron entre "el 80% y 100%" de ocupación. "Hace mucho no se veía un finde XXL tan exitoso. Está todo repleto de gente... Si vieras qué linda que está la Argentina", celebró.
Aunque los números de arribos del fin de semana largo efectivamente superaron los del año pasado -los datos oficiales hablan de 158.775 turistas en Mar del Plata, un 37,9% más que en 2024-, la foto completa muestra otra cosa. La ocupación hotelera nacional en la última temporada de invierno fue inferior al 50%, un desplome sin precedentes. La Asociación de Hoteles de Turismo alertó que el sector pierde 10 puestos de trabajo por día, y que muchos establecimientos "no llegan ni a cubrir sus costos fijos". El informe del World Travel & Tourism Council (WTTC) es igual de claro: el turismo aportó en 2024 unos USD 36.000 millones, pero lo hizo en un contexto de caída del consumo interno, inflación acumulada sobre los servicios turísticos y una estructura laboral cada vez más precaria.
Las empresas, empujadas por aumentos del 400% en tarifas eléctricas, subas inmobiliarias del 500% y una retracción feroz de la demanda, dependen cada vez más del trabajo eventual para sobrevivir. Desde Adecco Argentina explicaron que, con "la ocupación más volátil que nunca", la contratación temporal es vista como "una estrategia inteligente para preservar el empleo formal". Mientras el Gobierno festejaba cifras de ocupación, el mapa turístico argentino dejaba postales de otra época. En Entre Ríos, dos hoteles históricos -El Molino en Victoria y Posta del Sol en Paraná- cerraron sus puertas, según confirmó UTHGRA.
De hecho, José Trlin Carelli, del gremio gastronómico, graficó: "Estamos viviendo una pandemia sin virus". En Córdoba, a comienzos de noviembre, el Hotel Cristal fue desalojado en cuestión de horas. "Aparecieron escribanos, abogados y personal de seguridad que desalojaron el hotel... tanto a los ocho empleados presentes como a los huéspedes", relató uno de los trabajadores. El edificio hoy permanece tapiado. Estos casos no son aislados: representan la fractura estructural de un sector que, pese a los anuncios oficiales, no logra recomponerse. La Secretaría de Turismo insiste en mostrar dinamismo con su plataforma "Elegí Argentina", descuentos de YPF, cuotas sin interés del Banco Nación, promociones de Aerolíneas Argentinas, rebajas en parques y atracciones y ofertas de la Cámara de Buses de Larga Distancia.
Pero incluso estas herramientas revelan otra cara: el Gobierno necesita subsidios indirectos, financiamiento forzado y promociones de emergencia para sostener la actividad en un país donde viajar se volvió un lujo, y donde los turistas que "llenan" los destinos lo hacen mayormente con descuentos, cuotas y precios cuidados que articulan prestadores privados y empresas estatales. Mientras Milei insiste en mostrar un país que "despega", la realidad del turismo está marcada por la precarización laboral, el cierre de establecimientos, el endeudamiento de empresas y la caída del consumo.