En el marco de un cacerolazo global por Palestina, una columna de miles de manifestantes encabezada por figuras políticas y por el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino marchó este sábado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), aunque también hubo actividades en otros 27 puntos de la Argentina. La movilización fue en repudio a la invasión y el genocidio que ejecuta el Estado de Israel sobre la población civil de la Franja de Gaza y la posible llegada del premier israelí, Benjamín Netanyahu, invitado por el presidente Javier Milei.
La convocatoria fue la más contundente a nivel local contra el genocidio desde que comenzó la operación de Israel hace casi 700 días. La invasión empezó en 1948, aunque en los últimos meses la confirmación de la intencionalidad manifiesta de realizar un genocidio étnico y de limpiar toda esa tierra de gazatíes, incrementó el repudio a nivel mundial, impulsado por las imágenes de niños y niñas famélicas.
Las infancias se ven como el principal objetivo militar de Israel a partir de imágenes durísimas de los bombardeos y hasta de balas en sus cabezas. La estadística estima que 18.000 niñas y niños integran la lista de 62.000 asesinados en los últimos dos años. Además, 17.000 aproximadamente quedaron huérfanos o sin cuidado de algún familiar. Y de los 212 muertos de hambre de los últimos días, 98 son menores. La maquinaria de matar israelí está en su momento más feroz y el mundo se divide entre quienes lo denuncian y quienes prefieren mantenerse en silencio.
El genocidio del pueblo judío por parte del regimen nazi fue en secreto. Las imágenes de los campos de concentración y el aparato de exterminio llegaron tras su caída y no antes. Este, en cambio, está todos los días frente a las pantallas y se conoce y se repudia a nivel mundial, sin que eso haga flaquear el apoyo de Estados Unidos de Norteamérica a Israel y con millones de personas que continúan su vida como si lo que ven fueran películas de Hollywood.
La polémica aplicación del protocolo Bullrich a la marcha no impidió que las columnas crecieran mientras pasaba la tarde y la convocatoria iba de Corrientes y Callao a Plaza de Mayo. Sólo después del Obelisco y el ingreso en Diagonal Norte, la marcha pudo ocupar todos los carriles y verse en su máximo esplendor. Si bien Argentina tiene tradición de cacerolazos, no abundaron los manifestantes que cumplieron con la consigna de ir con olla y cuchara.
Además del repudio a la visita de Netanyahu a la Argentina, y el pedido de que sea arrestado en caso de hacerlo, a partir de la captura que tiene por parte de la Corte Penal Internacional, otras consignas fueron importantes en la manifestación, como el rompimiento de relaciones comerciales y diplomáticas con Israel, el boicot a todas las empresas que sostienen a ese país y el rechazo a la empresa de agua israelí Mekorot, que busca quedarse con AySA.
La diferenciación entre judaismo y sionismo, una concepción nacionalista y supremacista de la religión, es cada vez más fácil de explicar ante los hechos de los cuales se diferencian millones de judíos y judías en todo el planeta. En la Argentina, la agrupación Judíes x Palestina trabaja con la intención de derrotar esa visión que hoy promueve un genocidio en la Franja de Gaza. En diálogo con BigBang, Ivan Zeta contó cómo la principal razón por la que desarrollan esa tarea.
"Yo soy judío, porque si dejo de decir que soy judío el que gana es Israel. Israel pretende transformar al judaísmo en un movimiento político, en una identidad política supremacista, colonial, racista, y ahora genocida. Si quienes somos judíos, por repudio a Israel renegamos de nuestra identidad, el que gana es el sionismo e Israel", explicó el referente de Judíes X Palestina.
Zeta además destacó que cada vez queda más claro que "el pueblo argentino rechaza el genocidio, la hambruna y el alineamiento de Milei con Netanyahu", mientras que aseguró que si bien "el sionismo está redoblando su intento para que la gente no hable", este cerco cae todos los días un poco más. A su vez, denunció que "la persecución judicial existe" y que la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) "motoriza procesos judiciales contra quienes hablan sobre el tema".
Una de las víctimas de estas campañas estaba presente, el dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Alejandro Bodart, también ex legislador porteño. Sobre él pesa una condena en suspenso a seis meses de prisión por incitación a la discriminación y antisemitismo. Si bien en primera instancia fue absuelto, la Sala III de la Cámara Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la ciudad de Buenos Aires, apeló y revisó el fallo, con los jueces Ignacio Mahiques y Jorge Atilio Franza en su contra y Patricia Ana Larroca en disidencia.
"Es el mundo del revés, porque se me condena por apoyar al pueblo palestino que es el único pueblo semita de la región", cuestionó Bodart ante BigBang. "Es una política para criminalizar a todos los que levantamos la voz por el genocidio que se está produciendo en Gaza", agregó mientras encabeza la columna de su partido.
"Criticar al sionismo, que es la ideología que prima hoy en el Estado de Israel, que tiene muchas relaciones con lo que fue el nazismo en su momento, puede ser motivo de que te judicialicen. Sin embargo hay que seguir levantando la voz porque no podemos permitir que un genocidio que vemos por televisión siga y todos seamos cómplices, de alguna u otra manera, por no levantar la voz", afirmó Bodart. "Si uno corre el riesgo de ser judicializado por eso vale la pena, porque peor es ser cómplice con el silencio", añadió.
La marcha peronista también estuvo presente en convocatoria, algo que recogió el saludo y el aplauso de muchas y muchos peronistas que se movilizaron sin ninguna organización que los contenga. El encargado de hacerla sonar fue un dirigente independiente de Chaco llamado Héctor Marcelo Mercante, quien iba vestido con ropa militar y cuestionaba en sus discursos la ausencia de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de otros referentes del peronismo, como los gobernadores y los intendentes.
Es un hecho que en la cabecera de la marcha estuvo la diputada nacional de Unión por la Patria (UxP) Lorena Pokoik, quien integra la comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el Congreso Nacional e impulsa repudios al genocidio entre los suyos. También se lo vio al diputado del Parlasur Eduardo Valdés junto al ex secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla. "Hay un montón de compañeros y compañeras acá que representan al peronismo de Argentina. Esta semana salió un comunicado en contra de lo que creemos que es un genocidio", respondió ante BigBang el nieto restituido por las Abuelas de Plaza de Mayo número 75.
"Hoy tenemos una obligación de estar acá. Es lo mínimo que podemos hacer si tenemos algo de humanidad: solidarizarnos y repudiar la acción que el gobierno de ultraderecha de Netanyahu está llevando adelante hoy contra la población civil de Palestina", señaló Pietragalla. La presencia de dirigentes de su perfil se vio como un indicio del crecimiento del repudio al genocidio y a la hambruna como instrumento de tortura contra la población civil.
Que cada vez sean más masivas las convocatorias exponen es también una demostración de cómo se debilitan las estructuras sionistas de amedrentamiento y amenaza. Presente en la movilización también se encontraba el diputado nacional de Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad (FITU) Juan Carlos Giordano. Él y su compañera Mercedes de Mendieta juraron su llegada al Congreso Nacional por el pueblo de Palestina y aunque quisieron impedirlo, no pudieron hacerlo.
La diputada nacional del PRO Sabrina Ajmechet presentó una moción contra el juramento y no pudo lograr impedirlo ni repudiarlo de forma masiva. "Nosotros somos argentinos y solidarios con la causa y levantamos la bandera de Palestina porque estamos hablando de un pueblo que está siendo víctima de un genocidio", remarcó ante BigBang Giordano. "Hay una hambruna generalizada. Están paralizados los camiones de ayuda humanitaria en la frontera por el Estado de Israel. Junto a Estados Unidos ponen centros que dicen de ayuda y para que la gente vaya a pedir comida y allí los asesinan. Ya van más de mil de esa manera", denunció.
En el marco de un cacerolazo que fue global, Giordano integra la Unidad Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI), una reagrupamiento de partidos de izquierda con presencia en Latinoamérica y Europa, como la organización española Lucha Internacionalista, que se encargó de llevar "alimentos y cisternas con agua para Gaza". Entre sus tareas se encuentra impulsar que los gobierno repudien el genocidio y exigirles la ruptura de relaciones internacionales.
"Hay muchos países cómplices de Israel que estuvieron obligados a levantar la voz. Alemania tomó la decisión de un boicot, de mandar más armas a Israel. Toda esa campaña es muy importante y la hacemos en todos los países en donde está nuestra organización internacional", explicó. En todo el mundo crece el rechazo al genocidio, aunque todavía no es suficiente para frenar la maquinaria genocida e infanticida de Israel.