La provincia de Buenos Aires vivió este domingo una jornada electoral inédita: por primera vez organizó elecciones legislativas locales desdobladas del calendario nacional, en un escenario marcado por las turbulencias políticas y económicas que atraviesa el gobierno de Javier Milei y la disputa abierta con el gobernador Axel Kicillof. Los comicios, que convocaron a más de 14,3 millones de bonaerenses (63% de participación), pusieron en juego la renovación de 46 diputados y 23 senadores provinciales, además de concejales y consejeros escolares en todo el territorio. Las nuevas correlaciones de fuerzas en la Legislatura definirán la capacidad de Kicillof para gobernar durante sus últimos dos años de mandato, y al mismo tiempo funcionarán como el primer test electoral para La Libertad Avanza antes de los comicios nacionales del 26 de octubre.
La campaña no estuvo exenta de sobresaltos. El calendario político bonaerense coincidió con una saga de hechos que sacudieron la escena nacional: la detención de la ex presidenta Cristina Kirchner, que le impidió presentarse como candidata en la Tercera Sección Electoral; los escándalos en torno al fentanilo, los brutales ajustes del Gobierno a jubilados, educación y discapacidad, la filtración de audios de Diego Spagnuolo, en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), sobre presuntas coimas y la creciente inestabilidad macroeconómica. En ese marco, Milei y Kicillof se consolidaron como protagonistas de un duelo político de alto voltaje.
Tras el cierre de los comicios, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, brindó una conferencia de prensa y destacó el carácter inédito de la jornada: "Hoy es un día realmente histórico para la Provincia de Buenos Aires. Es la primera vez que nuestra provincia organiza unas elecciones de manera desdoblada respecto de las elecciones nacionales. Y no solo eso, sino también es la primera vez que una provincia se encarga de hacer una elección de esta magnitud. Nunca antes en la Argentina una provincia había hecho unas elecciones con más de catorce millones de electores, con más de cuarenta mil mesas de votación, con más de siete mil locales de votación".
Bianco aseguró que la elección transcurrió con "total normalidad", con demoras menores en la apertura de mesas y un proceso que calificó como "muy bien organizado y muy rápido". Además, agradeció a la Junta Electoral bonaerense, la Cámara Nacional Electoral, el juzgado federal de La Plata, las fuerzas de seguridad provinciales y federales, el Correo Argentino, trabajadores estatales y fiscales partidarios. Respecto a los resultados, el funcionario reiteró que los primeros datos oficiales se darán a conocer a partir de las 21 horas, siempre que se alcance al menos el 30% de las mesas escrutadas.
Durante la conferencia de prensa, remarcó: "Hace minutos se produjo el cierre de los comicios. Puede ser que en alguna escuela todavía esté alguien ejerciendo su derecho al voto. En ese caso estaba previsto un protocolo por la Junta Electoral (...) Respecto de los resultados, tal como lo habíamos avisado previamente, van a estar en principio a partir de las veintiuna, siempre y cuando esté escrutado al menos el treinta por ciento de todas las secciones". De esta manera, Buenos Aires no solo probó su capacidad de organizar un proceso electoral de semejante envergadura de manera autónoma, sino que también se colocó en el centro de la política nacional: lo que ocurra en su Legislatura tendrá un fuerte impacto en la gobernabilidad provincial y en el tablero político de Milei rumbo a octubre.