07 Septiembre de 2025 17:32
La diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, no necesitó urnas ni boletas para dar la nota del día. Bastó un teléfono en mano y su ya clásico histrionismo -en criollo: su búsqueda constante de atención- para convertir un cruce con periodistas en un verdadero sketch político. "Cinco tipos me estaban persiguiendo", se quejó a los gritos mientras grababa en modo selfie, como si fuera la protagonista de un reality de streaming y no una legisladora nacional. "Como ellos siempre muestran lo que ellos quieren, yo les voy a mostrar la realidad", agregó, intentando dar un golpe de efecto que terminó, como casi siempre, en su ordinario y cotidiano papelón.
Todo ocurrió en Vicente López durante la votación de la secretaria general de Presidencia, Karina Milei. Hasta allí la acompañó Lemoine, quien terminó a los gritos con los medios presentes en el lugar. La escena incluyó acusaciones de agresión física ("Tres cuadras me siguieron empujándome, agarrándome, gritándome e insultándome", denunció la diputada) y hasta un relato épico sobre una supuesta víctima colateral: "CASI SE LLEVAN PUESTA A UNA SEÑORA CON CAMINADOR", dramatizó luego en su cuenta personal X, como si se tratara de un parte de guerra. Pero lo que más sorprendió fue la chicana interna que deslizó en pleno ataque de nervios.
Ante la pregunta del periodista del medio IP que la filmaba, Lemoine retrucó: "¿Qué sos, Pagano?". Un misil sin disimulo hacia su colega Marcela Pagano, la periodista y actual legisladora que viene enfrentándose a Lilia desde hace bastante tiempo. El movilero de IP, Leandro Lutzky, que se convirtió en protagonista involuntario del circo, no tardó en responderle a la legisladora libertaria en las redes sociales: "Dejá de mentir, @lilialemoine. Queríamos hablar con Karina Milei por el escándalo de las coimas y vos me gritaste, en vivo, pidiendo cámara". Y agregó: "Te dimos micrófono y te desequilibraste".
La frase resume el episodio: mientras el periodismo buscaba respuestas sobre los negocios turbios que rodean a la hermana del Presidente, Lemoine eligió otro camino. Convirtió la vereda de Vicente López en escenario, improvisó un streaming callejero y terminó gritando: "¡Basta, se terminó!", terminó sentenciando Lilia en su improvisado video como si pudiera cortar el vivo con una orden. Lo cierto es que la política argentina parece haber mutado en un reality permanente, y Lemoine juega a ser su protagonista estelar. Siempre buscando el conflicto para desviar la atención. El problema, para ella y para el oficialismo, es que cada capítulo suma más ridiculez que épica.

