Un episodio tan insólito como preocupante se volvió rápidamente viral en las redes sociales y la opinión pública estalló. Durante una excursión al Parque Arqueológico Saladillo, en la provincia de La Rioja, un grupo de niños fue obligado a repetir consignas políticas a favor de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y figura predominante de La Libertad Avanza.
El hecho, registrado en video, no solo desata indignación, sino que también pone en evidencia la hipocresía de un espacio político que se erige como defensor de la libertad y el fin del adoctrinamiento. En el video se escucha a una adulta instruyendo a los menores a gritar "Gracias Martín Menem", bajo la amenaza de que "si no lo hacen, no los van a traer de vuelta".
La reacción de los niños, un espontáneo y rotundo "¡No!", refleja tanto su inocencia como su incomodidad ante una situación que nunca debió ocurrir. La escena es grotesca y simbólicamente violenta. Mientras La Libertad Avanza denuncia "adoctrinamiento" en universidades y exige "libertad de pensamiento", sus propios representantes promueven este tipo de manipulaciones con total impunidad. ¿Dónde está la ética de quienes se llenan la boca hablando de libertad mientras coaccionan a niños en un contexto educativo?
Lo más alarmante es el silencio ensordecedor de Martín Menem y los dirigentes libertarios. Ningún vocero salió a condenar el hecho ni a despegarse de esta práctica abusiva. Este silencio no solo es cómplice, sino que también normaliza una conducta inadmisible en cualquier democracia que se precie de respetar los derechos humanos.
Cabe recordar que la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño prohíbe expresamente la instrumentalización de menores con fines políticos. Este acto no es solo un error ético, sino una violación flagrante de derechos fundamentales. Sin embargo, en la lógica del poder libertario, todo parece valer si sirve para reforzar su relato.
La escena de los niños gritando "Gracias Martín Menem" es un reflejo del deterioro ético y moral en la política conducida por La Libertad Avanza en la que los niños son herramientas electorales y material de campaña, algo que la "batalla cultural" venía a erradicar pero queda a las claras que sólo siguen el mismo camino de la política tradicional.
Algunas reacciones en redes sociales