El amanecer del lunes encontró a la política mendocina revuelta por un episodio que, más que un hecho aislado, expuso una cadena de desprolijidades y contradicciones dentro del universo libertario provincial. Martín Antolín, concejal del Partido Libertario de Mendoza, fue sorprendido manejando un BMW descapotable blanco, sin chapa patente y con una copa de vino en la mano, pasada la una de la mañana, en pleno corazón gastronómico de la avenida Arístides Villanueva. El test de alcoholemia no dejó margen para interpretaciones: 1,15 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble del límite legal permitido.
El procedimiento derivó en la retención del vehículo, el secuestro de su licencia, su traslado a una dependencia policial y una multa que podría rondar los 5 millones de pesos. Para un dirigente que suele militar en redes la "responsabilidad individual" y la prédica moral del mileísmo, el contraste resultó explosivo. Antolín, que asumió su banca en 2023, lleva años construyendo una identidad política basada en su cercanía con referentes nacionales como Javier Milei, Karina Milei, Victoria Villarruel -a quien llamó "amiga"-, y figuras hoy alejadas del espacio como Ramiro Marra o Carlos Kikuchi.
A su vez, se mostraba crítico del gobernador Alfredo Cornejo: "La autonomía es Libertad! El pueblo de San Rafael la reclama! Los concejales de la UCR, lejos de representar al pueblo que los votó, los maneja como títeres el gobierno de Cornejo", había denunciado en su cuenta de X. Lo cierto es que tras el escándalo, comenzaron los reclamos para que abandone su cargo. La vicegobernadora Hebe Casado fue contundente: "Así como se le solicitó la renuncia al concejal de la UCR de Guaymallén por conducir con alcoholemia en valores superiores a los permitidos, hay que hacer lo mismo con el concejal libertario de San Rafael".
El antecedente al que aludió Casado fue el de Miqueas Burgoa, el concejal radical detenido meses atrás por manejar con 1,25 gramos de alcohol en sangre. Burgoa sobrevivió a un proceso político gracias al desempate de la presidenta del Concejo. Antolín podría no correr con la misma suerte. El Partido Libertario mendocino no tardó en desmarcarse. En un comunicado público, sentenció: "El comportamiento señalado constituye una falta grave a los principios éticos y a la conducta responsable que todo ciudadano y representante público debe observa", destacaron.
Y agregaron: "No podemos avalar ni relativizar acciones que pongan en riesgo la integridad de terceros, la seguridad pública y la confianza de quienes representamos". Pidieron además la intervención del Tribunal de Disciplina partidario y solicitaron la renuncia inmediata del concejal, además de su desafiliación. "Nuestro partido sostiene que la libertad solo puede existir cuando cada individuo asume las consecuencias de sus actos. Los cargos públicos no otorgan privilegios ni excepciones: obligan a un comportamiento ejemplar", remataron.
Pero el escándalo del BMW descapotable no estalló en el vacío: se montó sobre un entramado de denuncias previas que rodean a Antolín desde que era conocido como dueño -o ex dueño- del bar Rock and Rolla, un local del centro sanrafaelino que acumuló quejas vecinales y problemas con habilitaciones. Durante años figuró a su nombre y al de su madre; ahora aparece a nombre de otro propietario, pero paradójicamente la actividad antes prohibida (bailar) hoy está permitida. Desde la oposición radical lo acusan de negociar votaciones a cambio de habilitaciones comerciales.
Él lo niega, pero el fuego político se avivó cuando en 2024 se modificó la ordenanza 11.024 sobre Diversión Nocturna. La nueva norma -impulsada por el oficialismo peronista- beneficiaba directamente a un bar vinculado a Antolín. Fue tal el revuelo que incluso libertarios del Gran Mendoza lo cuestionaron. En el Concejo Deliberante, su rol como voto de desempate profundizó el malestar: casi siempre, según sus pares, inclinó la balanza a favor del peronismo. Lo tildaron de "funcional" al oficialismo local. Él respondió con su clásico tono combativo: que el radicalismo "responde al gobernador" y que "no piensa en el pueblo de San Rafael".
Cuando ganó su banca en 2023, Antolín proclamó un nuevo aire para la política local: "Hoy el liberalismo, de la mano de Javier Milei, ha calado hondo en cada sanrafaelino; por esto vamos a seguir dando la batalla, pero ahora desde adentro", prometió. Hoy, esa épica libertaria choca contra una imagen que parece sacada de una sátira política: un concejal que habla de libertad individual detenido mientras conduce un BMW sin patente, copa en mano, con más del doble del alcohol permitido.