En un complejo contexto político por las desregulaciones y las leyes que dejan en un gris político al área, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Poder Ejecutivo oficializó la salida de Daniel Omar Horacio Afione como presidente del organismo, tras una gestión marcada por denuncias de vaciamiento, conflictos laborales y serios cuestionamientos éticos.
La decisión, anunciada a través del decreto 642/2025 firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, pone fin a un período que dejó profundas heridas en el personal y en la estructura del instituto que fue varias veces amenazado con el cercenamiento de la motosierra del ministro de Desregulación del Estado, Federico Sturzzenegger.
Afione, cuya renuncia fue aceptada con fecha 1° de septiembre, deja tras de sí un saldo preocupante: la pérdida de 726 trabajadores, equivalente al 23% del personal del INTI. Este recorte afectó áreas estratégicas dedicadas a la asistencia técnica para PyMes y los controles de calidad industrial, generando denuncias de vaciamiento por parte de gremios y empleados.
Además, su doble rol como presidente del INTI y vicepresidente de la consultora privada AITA -que presta servicios similares al organismo- levantó serias sospechas de conflicto de interés, minando el resto de lo que quedaba de la confianza en la transparencia institucional.
En su lugar, asumirá Miguel Ángel Romero, abogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y hasta ahora asesor en la Secretaría de Industria y Comercio. Romero tiene experiencia en defensa del consumidor y resolución de conflictos, aunque su perfil técnico dista del enfoque tradicional del INTI. A su llegada le esperan varios flancos abiertos: demandas urgentes de los trabajadores que denuncian salarios atrasados, precarización laboral y una carrera profesional paralizada desde hace años.
El contexto político tampoco favorece al nuevo titular. La Multisectorial del INTI celebró recientemente la derogación del Decreto 462/25 -que buscaba modificar la estructura interna del organismo- como una victoria parcial, pero las tensiones con el Gobierno persisten. El presupuesto del INTI para 2025, fijado en $85.629 millones, apenas alcanzó un nivel de ejecución del 40% hasta julio, la inoperancia de la gestión que supo presidir el organismo.
Fundado en 1957, el INTI es un pilar fundamental en la innovación tecnológica y la certificación industrial en Argentina. Sus laboratorios no solo garantizan la calidad de productos como alimentos o combustibles, sino que también desempeñan un rol crucial en la competitividad de las pymes. Sin embargo, el deterioro sufrido durante la gestión de Afione amenaza con socavar su relevancia estratégica.
La llegada de Miguel Ángel Romero abre un nuevo capítulo en esta crisis institucional. Si bien su perfil jurídico podría aportar una mirada distinta, los desafíos son inmensos: recuperar el tejido laboral, reactivar áreas clave y restaurar la confianza en un organismo que representa solo el 0,07% del gasto público nacional pero cuyo impacto es vital para la industria argentina.