En un nuevo capítulo de desdén hacia los profesionales de la salud pública, el gobierno de Javier Milei reprogramó el cronograma de exámenes para residentes médicos, una medida que no solo profundiza la crisis en el sector, sino que también expone la falta de compromiso con quienes sostienen el sistema sanitario en condiciones ya precarizadas.
La resolución 2274/2025, publicada en el Boletín Oficial en la madrugada del 28 de julio, confirma lo que muchos temían: una segunda convocatoria que pone en jaque la transparencia y estabilidad del proceso evaluativo.
Manuel Adorni justificó la decisión alegando "irregularidades" en los resultados del examen único del pasado 1° de julio: "Ha habido una investigación que relevó resultados sospechosos en el examen de aspirantes a residencias médicas, incongruentes con los antecedentes académicos de sus universidades y con sus promedios de carrera", declaró el vocero presidencial, sin brindar pruebas contundentes que respalden estas acusaciones.
La medida afecta principalmente a postulantes extranjeros y a aquellos que obtuvieron puntajes altos, en lo que parece ser una maniobra para desviar la atención de los verdaderos problemas estructurales del sistema.
El nuevo esquema evaluativo contempla dos opciones: una instancia oral los días 4 y 5 de agosto y una prueba escrita el 7 del mismo mes. Según la resolución, los aspirantes deberán someterse a un comité conformado por representantes de los Ministerios de Salud nacional, porteño y bonaerense, quienes decidirán la validez de las notas obtenidas previamente: "En ningún caso, sea modalidad escrita u oral, un postulante podrá tener una nota superior a la obtenida en el examen del 1° de julio de 2025", detalla el texto oficial.
La arbitrariedad de estas decisiones ya genera indignación entre los médicos recién recibidos, quienes ya enfrentan salarios desfinanciados y condiciones laborales paupérrimas. Y, en la misma línea, la falta de claridad sobre los criterios de evaluación y el riesgo de quedar fuera del orden de mérito si no se presentan a las nuevas instancias sólo agravan la incertidumbre.
Aunque desde el Ministerio de Salud aseguran que las residencias comenzarán como cada año el 1° de septiembre, los tiempos ajustados y la falta de confianza en las autoridades hacen que este cronograma sea más una promesa vacía que una certeza.
En un contexto donde los residentes ya luchan contra la desfinanciación y el abandono estatal, esta medida no solo pone en riesgo su futuro profesional, sino que también evidencia un gobierno libertario desconectado de las necesidades reales del sistema sanitario.
Javier Milei se preocupa más en usar su motosierra morbosa que en garantizar la calidad y equidad en la formación médica por lo que la salud pública sigue siendo víctima de decisiones arbitrarias y políticas improvisadas. Mientras tanto, quienes deberían ser valorados como pilares fundamentales del sistema sanitario son relegados al último lugar en las prioridades del gobierno. Bronca e impotencia es lo único que queda.