José Luis Espert, diputado nacional y candidato a renovar su banca en las elecciones del 26 de octubre, volvió a dejar definiciones polémicas que muestran las contradicciones del oficialismo libertario. Durante una entrevista en radio Mitre, celebró el acto de cierre de campaña encabezado por Javier Milei en Moreno y arremetió contra Axel Kicillof, pero sus palabras quedaron eclipsadas por un dato incómodo: el supuesto "héroe" que días atrás lo rescató en su moto de los incidentes en Lomas de Zamora resultó ser un barrabrava con antecedentes penales. ¿Para su delincuente salvador no se le exige "cárcel o bala"?
"Muy lindo acto, muy cálido, con bonitos discursos de parte de los que lo hicieron. La verdad que mucho calor, con muchas ganas de que el domingo le vaya bien a la City de la Libertad, que si nos va bien a nosotros, eso es bueno para la gente y para de a poquito empezar a dejar atrás la maldición que ha sido el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, que la ha transformado en la villa miseria", declaró Espert, en un tono celebratorio que buscó disimular la tensión tras los hechos de violencia.
En la misma entrevista, intentó minimizar la agresión sufrida por el periodista Cristian Mercatante durante el acto: "Nosotros estamos contentos con la gente que vino, con el clima. Muy buena, muy buena la organización. No hubo... Me solidarizo, hecho sea caso, con este periodista que recibió un botellazo. Lo lamento muchísimo. Pero, afortunadamente, fue un hecho aislado. No hubo aquel infierno que en algún lugar nos sugirió el gobernador de la provincia de Buenos Aires".
El diputado, además, cargó contra Axel Kicillof, a quien acusó de intentar sembrar miedo: "Quiero decirle al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que la provincia es de todos los bonaerenses y de todos los argentinos, no solamente de ellos". Pero lo que Espert no pudo esquivar fue la revelación del periodista Gustavo Grabia sobre el episodio que lo tuvo como protagonista en Lomas de Zamora, donde debió huir en moto entre gritos y agresiones.
Según el legislador, el conductor que lo sacó de la multitud era "una persona que justo pasaba por ahí". Sin embargo, Grabia identificó al hombre como Damián Rosati, un barrabrava del club Comunicaciones con una causa abierta por intento de homicidio contra un dirigente de futsal. "Cuando vi quién era este, lo llamé al dirigente y no lo podía creer", relató Grabia, y agregó con ironía: "No era un muchacho que pasaba por ahí". El expediente judicial contra Rosati había sido elevado a juicio, pero está "paralizado desde 2023". El periodista deslizó una sospecha: "Oh casualidad, cuando (Javier) Milei ganó las elecciones".
La contradicción es flagrante: el diputado que promueve "cárcel o bala" contra los delincuentes terminó siendo auxiliado por alguien con un proceso abierto por intento de homicidio. La postal de Espert escapando en la parte trasera de la moto, que se viralizó en redes y fue motivo de memes, ahora se resignifica como símbolo de la incoherencia de un espacio político que predica orden, pero convive con las sombras del mundo barrabrava.
Más allá de la polémica, Espert volvió a insistir en la narrativa libertaria de la "batalla cultural" y responsabilizó al Congreso por la incertidumbre económica: "Nosotros tenemos un Congreso que se está comportando, y lo voy a ser enfático en esto, se está comportando de manera destituyente". Reivindicó el programa económico de Milei basado en el déficit cero y negó que vaya a haber cambios de rumbo: "Habrá algún ajuste, pero nada más que eso".
Con un discurso que oscila entre el optimismo forzado y la victimización, Espert intenta sostener su lugar en la escena política. Sin embargo, la escena del "rescate" y su verdadero trasfondo revelan la fragilidad del relato libertario: detrás de la épica de campaña y los ataques al kirchnerismo, queda la imagen de un dirigente que habla de seguridad, pero se apoya -conscientemente o no- en los mismos sectores violentos que dice combatir.