La Libertad Avanza (LLA) volvió a demostrar que sus disputas intestinas están lejos de resolverse. Ni la pax armada acordada entre los "territoriales" que responden a Karina Milei y los "celestiales" de Santiago Caputo alcanzó para ordenar el escenario en La Matanza, donde la pelea escaló hasta convertirse en un nuevo capítulo del desorden que atraviesa al oficialismo. En las últimas horas, Sebastián Pareja, el armador bonaerense de la Presidencia, avaló la decisión de apartar a la concejala Leila Gianni, flamante electa en el distrito, por haberse atrevido a armar su propio bloque.
El comunicado publicado por la estructura partidaria fue explícito en su sentencia: "Traición kuka. Gianni afuera". Según esa línea interna, la concejala "no pertenece, no representa ni se encuentra autorizada a hablar" en nombre de LLA. La acusan de ser la autora de una maniobra "deliberada" para dividir al espacio, de tener un paso dentro del espacio "meramente circunstancial y electoral, sin militancia ni construcción territorial real", e incluso le reprochan "no poseer domicilio en La Matanza". El texto lleva las firmas de Lorena Ramos, Gabriel Chaile y Jimena Alonso, el trío que controla el bloque libertario oficial.
La respuesta de Gianni no tardó en llegar: "Para los operadores seriales les cuento: no me fui a ningún lado", escribió, tras ratificar su pertenencia al mileísmo y anunciar, al mismo tiempo, la creación de su propio espacio, Alianza Libertad Republicana, junto a dirigentes locales del PRO como Hernán Finocchiaro y Javier Ferreyra, además del libertario Ricardo Lococco. La ex subsecretaria de Legales de Capital Humano -que se ganó un lugar cerca de Sandra Pettovello y supo cultivar relación directa con el Presidente- justificó su ruptura por el deterioro en el trabajo legislativo: "No era posible desarrollar la labor de manera plena", dijo.
Y detalló: "Ya que se imponían prácticas y modos de conducción que no comparto". Y remató con un guiño al discurso oficial: "Siguiendo el ejemplo de Javier Milei, priorizo la honestidad y la defensa innegociable de las ideas de la libertad". La tensión venía de larga data. Gianni ya había chocado con el esquema de Luis Ontiveros, dirigente de confianza de Pareja y hombre fuerte de LLA en el distrito. Durante la campaña, denunció un supuesto boicot a su candidatura: la sacaban de las fotos, le restringían actividades y hasta limitaban a sus fiscales.
Fuentes cercanas hablaron de un clima asfixiante: "Ni los kirchneristas hicieron tanto; esto fue la crónica de una muerte anunciada". El conflicto terminó de estallar cuando, tras las elecciones, Gianni buscó presidir la bancada libertaria para posicionarse rumbo a 2027. La línea oficial quiso imponer a Lorena Ramos, pareja de Ontiveros. Ella no aceptó la marginación anticipada y selló un acuerdo con sectores del PRO, lo que le permitió quedarse con la vicepresidencia del Concejo Deliberante, desplazando al bloque mileísta. La interna alcanzó incluso al entorno presidencial.
Desde su cuenta personal, la diputada Lilia Lemoine, alineada directamente con los hermanos Milei, salió a defender a Gianni y a desautorizar el comunicado de la Tercera Sección Electoral: "Los concejales no pueden echarse entre sí... no sé quién es el retrasado que armó ese comunicado", disparó. Luego apuntó contra Ramos: "Que sorpresa, la tal Ramos me tenía bloqueada preventivamente. Yo me entero de que alguno de esos tres no vota como corresponde y les espera un infierno...". El mensaje dejó expuesto el desorden interno y la falta de conducción territorial del oficialismo en el distrito más poblado del país.
Como si la interna no estuviera lo suficientemente desbordada, sectores críticos de Gianni intentaron instalar su saludo protocolar al intendente peronista Fernando Espinoza tras la jura. Ella lo desestimó: "Fue un saludo protocolar como se hizo con el resto. Claramente es una operación más en contra mío", explicó. En el círculo íntimo del Presidente aseguran que Javier Milei -quien siguió la puja desde Oslo, donde asistió al Nobel de la Paz- lamentó la incapacidad de Pareja y Gianni para cerrar un acuerdo. Y recuerdan que fue la propia Casa Rosada la que le pidió a Pareja contener a la abogada durante su instalación política en el distrito. Pero nada de eso pudo evitar que la interna se transformara en un nuevo escándalo público. En La Matanza, el mileísmo volvió a mostrar que su mayor enemigo no es el peronismo: es su propio caos.