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Orgullo y resistencia

Ángela Torres y Lizy Tagliani, las grandes protagonistas de la multitudinaria marcha por el amor y la igualdad en Buenos Aires

Se trató de una jornada atravesada por la emoción, la música y los reclamos por los derechos del colectivo LGBTIQ+.

03 Noviembre de 2025 11:36
Ángela Torres

Buenos Aires volvió a teñirse de colores, canciones y abrazos. El sábado, miles de personas marcharon desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso Nacional en la 34° Marcha del Orgullo LGBTIQ+, una celebración que, año tras año, se consolida como uno de los actos más masivos de amor, libertad y resistencia en el país. La consigna principal ("Frente al odio y la violencia, más orgullo y unidad") se sintió en cada bandera, en cada beso y en cada paso. 

A pesar del contexto político y social marcado por discursos de intolerancia, la multitud volvió a ocupar el espacio público con alegría y convicción. "La violencia desde el Estado genera violencia en la sociedad. Basta de violencia. Basta de crímenes de odio", fue uno de los mensajes centrales que se repitió en carteles y pancartas. Desde las 10 de la mañana, la Plaza de Mayo se convirtió en un punto de encuentro para ferias, performances y stands del "Paseo de la Diversidad y la Resistencia". 

A las 16, la marea de colores comenzó a avanzar por Diagonal Norte hacia el Congreso, donde el escenario montado bajo la cúpula fue el epicentro de los discursos, reconocimientos y shows musicales. El documento político difundido por la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo - Línea Histórica -una de las agrupaciones que impulsa la movilización desde sus inicios en 1992- reafirmó el espíritu del encuentro: "El Orgullo vence cada vez que asumimos nuestras identidades", señalaron.

Y agregaron: "Cuando rechazamos el mandato de la vergüenza, cuando marchamos, cuando amamos, cuando gozamos. Vence en cada gesto de solidaridad, en cada derecho logrado. Y como cada noviembre, desde 1992, el Orgullo vence". Entre los reclamos más fuertes del texto, se pidió una "reparación histórica para las personas travestis y trans adultas mayores que han sobrevivido a la persecución estatal" y la "derogación de los DNU 61 y 62 de 2025", que restringen derechos de salud e identidad de las personas trans y travestis. "¡Ningún retroceso en nuestros derechos!", exigieron desde el escenario.

Pero además de los reclamos, hubo emoción y palabras que quedaron grabadas. Una de las más aplaudidas de la tarde fue Ángela Torres, quien tras un potente show de cierre, tomó el micrófono para dedicarle unas palabras al público: "Esta marcha es el mejor día del año, porque es como si lográsemos que en estas calles el mundo por un rato sea tal cual como lo queremos y lo soñamos. Son momentos difíciles para que esto suene verdad, porque hay mucha violencia y mucha basura dando vueltas, pero no les creamos. Lo que tenemos acá es invencible y es para siempre", expresó, mientras el público coreaba su nombre.

Orgullo y resistencia: una multitud marchó por el amor y la igualdad en Buenos Aires

Otro momento de profunda emoción llegó con Lizy Tagliani, que se sumó al escenario entre aplausos. Fiel a su estilo, habló desde el corazón: "Gracias por el recibimiento, solamente quería pasar a saludar. Vine caminando desde la 9 de Julio, como todos los años, pero este año es un año muy particular para mí, pero también para todos los que estamos acá. Fue un año muy difícil porque han intentado adjudicarme los delitos que se le puede adjudicar a una persona, tan solo porque soy un puto con tetas, una trava, una trans, o lo que sea, una minoría. Y las personas, antes que nada, somos personas", dijo.

Orgullo y resistencia: una multitud marchó por el amor y la igualdad en Buenos Aires

Y contundente, sentenció: "No sos malo porque sos puto. Sos malo porque sos una persona mala. Y sos bueno porque sos buena gente. Así que a seguir, porque lo que intentaron adjudicarme a mí es para tratar de demostrar que si sos puto tenés que ver algo con la delincuencia, con el costado oscuro, y nada tiene que ver. Por eso les pido mucho amor, trabajo, salud, paz, unidad, y sobre todo igualdad de la buena. Gracias y a marchar". 

Las palabras de ambas artistas sintetizaron el espíritu de la jornada: orgullo, amor y resistencia frente al odio. La marcha fue también una reafirmación colectiva de identidad y esperanza, un recordatorio de que, incluso en tiempos adversos, el amor sigue siendo una forma de lucha. Cuando cayó la noche sobre el Congreso, las luces de los celulares se mezclaban con las banderas del arcoíris. Miles de voces seguían cantando, celebrando la diversidad. El orgullo no se negocia. Se vive, se defiende y se marcha.