La salud de Mauricio Guirao, ex finalista de Gran Hermano 2016, volvió a golpear con fuerza a la comunidad que lo acompaña desde su paso por la casa más famosa del país. En las últimas horas, una cuenta de fans difundió un mensaje devastador: el santafesino estaría atravesando un momento crítico y decidió organizar una rifa solidaria para cubrir los gastos de su tratamiento médico. El posteo, que incluía una foto del joven, fue contundente: "El ex finalista de Gran Hermano 2016 está atravesando su lucha contra el maldito cáncer. Y necesita de todos nosotros. Está realizando una rifa, escríbanle a él para más info".
Y agregaron con esperanza: "Entre todos podemos. Fuerza Mauri Guirao, tenés el amor de todos acompañándote". En minutos, la publicación se viralizó y multiplicó la preocupación. La alarma se encendió porque este pedido llega un año después de un giro inesperado que el propio Guirao había celebrado como una intervención divina. En septiembre de 2023, el ex hermanito había iniciado una colecta pública al revelar que padecía un cáncer de recto, detectado ese mismo mes. La noticia fue un golpe brutal: "Fui diagnosticado con un tumor en el recto. Un tipo de cáncer que me afectó mis instintos e hizo metástasis en algunos órganos", explicó.
Y fue aún más claro sobre la gravedad del cuadro: "El cáncer que tengo no es curable, es agresivo". El pronóstico era sombrío. La enfermedad se había "desparramado" en poco tiempo y los médicos le advirtieron que, por su agresividad, solo intentarían frenarla. "Mi salud cambió de un día para otro, mi vida cambió", resumió. Comenzó entonces un tratamiento intenso de rayos y quimioterapia cada 14 días. Pero en junio de 2024 ocurrió lo inesperado. En un mensaje cargado de alivio y emoción, anunció que la metástasis había retrocedido drásticamente: "El cáncer se me desapareció de los pulmones y del hígado".
Y añadió: "Y el tumor que tengo en el colon cada día se está achicando más. Los niveles tumorales siguen bajando. Los niveles tumorales siguen bajando. Tengo que seguir como vengo haciendo el tratamiento hasta que eso desaparezca por completo de mí ¿Vieron que los milagros existen? Hay que creer. Dios nos escuchó". Su testimonio tenía la fuerza de quien vuelve de un abismo: "Aunque la vida me cuesta un poquito todos los días, jamás perdí la fe y nunca bajé los brazos".
La montaña rusa emocional no terminó ahí. En febrero de ese mismo año, Guirao había tenido que desmentir su propia muerte luego de que circulara una fake news sobre su estado: "Sé que hay gente que no tiene nada en la cabeza ni qué hacer con sus vidas... Les quería decir que estoy bien, que de este guacho hay pa' rato", respondió, visiblemente irritado pero firme. Sin embargo, quienes lo siguen de cerca recuerdan también la crudeza de su primera actualización médica antes de este nuevo pedido de ayuda: "Los adelantos de la biopsia dieron mal. El cáncer que tengo no es curable, es agresivo, se desparramó en varios lugares".
En aquella oportunidad, Mauricio había advertido: "Estoy roto en pedazos, estoy shockeado, pero todavía hay un Dios que lo puede todo. Prometí no bajar los brazos". En paralelo, su madre sostuvo la lucha con la entereza que solo puede tener quien acompaña a un hijo en una batalla tan dura: "Mi hijo está sufriendo una enfermedad que nos devastó a los dos, que nos aterrorizó, que lloramos mucho", escribió. Y, aun en la oscuridad, dejó una luz encendida: "Con las fuerzas que le pone mi hijo y yo acompañándolo, va a curarse con la ayuda de Dios, los médicos y la fe que tenemos. No sabemos cuánto tiempo va a ser, pero la va a vencer".
Hoy, la realidad vuelve a mostrar su cara más cruel. El pedido de ayuda -esa rifa que intenta sostener su tratamiento- no deja dudas: la salud de Guirao se complicó nuevamente. La comunidad que lo vio jugar, reír, llorar y luchar dentro de la casa más famosa del país ahora lo abraza desde afuera, con la misma pasión con la que él supo agradecer cada gesto: "El amor y la fe curan, no me voy a cansar de decirlo. ¡Los quiero mucho!".